Alex Huber ha firmado una nueva vía larga de alto nivel. A sus 53 años, el escalador alemán que fue uno de los primeros del mundo en subirse al noveno grado (este año se cumplen 30 de su Om 9a en Triangel), sigue demostrando que la edad no es un impedimento para él a la hora de encontrar motivación y buscar nuevos desafíos en la vertical.
Su más reciente encadenamiento ha sido la primera ascensión de La Bavarese, una vía de seis largos que se encarama por un enorme desplome en la isla mediterránea de Cerdeña, concretamente en la cara sur de la Punta Giradili, uno de sus picos más prominentes. Se trata de la primera vía en surcar el techo de la Grutta Pintata, que Alex estima debe de salvar más de 60 metros de distancia horizontal.
La Bavarese sigue la línea de menor resistencia de la gruta, que ofrece una escalada de dificultad sostenida por encima del octavo grado, con tres largos seguidos entre 8b y 8b+. El desglose de largos es el siguiente: L1 V, L2 8a+, L3 8b+, L4 8b, L5 8b+, L6 7b+.
Un largo currículum de primeras
Esta primera ascensión de La Bavarese entra a formar parte del que probablemente sea el currículum más brillante del planeta en cuanto a primeras ascensiones de vías largas y big wall. Alex Huber comenzó a destacar en este campo ya en 1995, cuando escaló en libre Salathé Wall en El Capitan (Yosemite).
En el emblemático monolito de California, al que viajó varias veces acompañado por su hermano Thomas Huber, acumuló primeras en libre de numerosas vías, como El Niño y Freerider (1998), Golden Gate (2000) o El Corazón (2001). Zodiac o The nose también fueron escenario de sus aventuras, y en ambos casos batió sus respectivos récords de velocidad.
En el Karakórum, Alex Huber escaló el Latok II (7108 m) en 1997 y liberó la mítica Eternal Flame a la Torre Sin Nombre (6.239 m) en 2009. Y en Patagonia también dejó huella, escalando el Cerro Torre, el Cerro Standhardt, el Fitz Roy y la Torre Egger, además de abrir rutas como Golden eagle a la Aguja Desmochada o El Bastardo en la Aguja de la Silla.
El estilo de La Bavarese, no obstante, se corresponde más con las vías largas que Alex Huber ha trazado en los Alpes. Algunas de ellas tan icónicas como Bellavista o Pan Aroma, en la Cima Ovest de Lavaredo. En los últimos años, ha destacado por vías más cercanas a su casa pero siempre con un alto grado de dificultad y cierto compromiso, como Sansara, Feuertaufe, Nirwana, Wetterbock, Mauerläufer o Koasabluad.
- Etiquetas: Alex Huber, Grutta Pintata, La Bavarese