«Siempre piensas en la muerte cuando escalas, sobre todo cuando lo haces sin cuerda, sin esa seguridad. Por otro lado yo me conozco muy bien, sé qué puedo hacer, qué puedo escalar, sé exactamente lo que voy a hacer. Puedo controlar el miedo, tengo la confianza en mí mismo. No me pongo nervioso, estoy súper concentrado y cuando alcanzas ese estado mental puedes continuar con la ascensión», explicaba Alexander Huber en una entrevista que nos concedía en 2006, poco después de su ascensión en solo integral de un cuatromil roquero de los Alpes, el Dent du Geant, cuando completaba 200 metros de generosa exposición en su cara sur. Este verano el alemán volvía a las andadas con otra de su correrías sin cuerda en la misma cordillera, escogiendo como víctima al Grand Capucin.
«Escalar en solo esta bella torre se había convertido en un reto muy especial», asegura Alex. «En junio me acerqué de nuevo al Grand Capucin junto a Werner Strittl y tomé conciencia del proyecto». Su intención pasaba por resolver la Directa suiza, una ruta de «dificultad moderada» cuya máxima complicación residía en el descenso. «Me di cuenta de que solo había una solución, volver por el mismo camino». Alex subió y bajó desatado los 400 metros del itinerario, 300 de ellos de roca y otros 100 de corredor con una cotación de VII.
Riesgo con cabeza
Fue el 5 de agosto cuando cristalizaron sus inhumanos planes. «Las condiciones eran perfectas. El cielo estaba completamente cubierto, pero por fin la roca se había secado». Alex salía a las 10 de la mañana para alcanzar la cima una hora después, descansar cinco minutos y comenzar el destrepe. «Lógicamente el descenso fue considerablemente más complicado».
El alemán añade otro apartado a su historial de escaladas en solo, tanto en escalada deportiva de dificultad, donde brilla con luz propia Kommunist, un 8b+ de 22 metros en Scheiler (Austria), como en tapia alpina, donde destaca su ascensión de la Hasse Brandler en la norte de la Cima Grande de Lavaredo, 550 metros de hasta 7a+.
«Todos nosotros tenemos nuestra propia responsabilidad con las actividades que realizamos. Para mí puede ser sencillo realizar un solo integral, pero debe quedar muy claro que es de un riesgo extremo. Es un problema que existe dentro del alpinismo, mucha gente al verlo cree que no todo es tan peligroso», declaraba Alex en aquella entrevista de 2006.
No es la primera vez que el Grand Capucin vive las fieras «excursiones» de Alex Huber. En 2005 lograba la primera ascensión en libre de la Voie petit, en su vertiente este, en el día, graduando sus 450 metros como 8b.