Alex Honnold y su hiperactivismo escalador vuelven a ser protagonistas. Por lo visto, no se quedó del todo satisfecho con el póker de vías en 16 horas que escaló la semana pasada en el Parque Nacional de Zion (Utah) haciendo cordada con Tommy Caldwell. Unos días más tarde y en el mismo escenario, realizaba otro triplete de clásicas en 12 horas, pero esta vez en solitario y sin cuerda.
Si la semana pasada, Honnold y Caldwell elegían para su intensa jornada las vías Sheer lunacy, Moonlight buttress, Touchstone wall y Spaceshot, Alex Honnold ha preferido repetir sólo una de ellas en su enlace solitario (Moonlight buttress), en el que ha incorporado otras dos diferentes líneas (Monkey finger y Shune’s buttress).
El reto empezaba con la más sostenida de ellas, Moonlight buttress, una vía de 400 metros de recorrido a través de fisuras y diedros, con diez largos y una dificultad bastante mantenida por encima del 7a+, con el largo clave situado en el 5.12d (7c). Según sugería el propio escalador de Sacramento en su scorecard de 8a.nu, sin embargo, lo más difícil del itinerario no pasaría del 7b+.
El siguiente objetivo era Monkey finger, otros nueve largos para superar unos 300 metros más de recorrido vertical. En este caso, la dificultad máxima del itinerario está cotada alrededor de 5.12b (7b). Para terminar su “épica” jornada, como él mismo la definía, se enfrentó a Shune’s buttress. Tampoco tendría problemas para superar sus ocho largos, con dificultades de hasta 5.11+ (7a).
El resumen del protagonista habla de unas 12 horas de actividad, aunque cada una de las vías sólo le exigió más o menos una hora de escalada, y la mayor parte del tiempo lo consumió en los respectivos descensos.
Experiencia previa
Vale la pena tener en cuenta que Alex Honnold ya había escalado en solo integral anteriormente las tres vías que han conformado este triplete. Allá por la primavera de 2008, se anotaba Moonlight buttress en poco más de 83 minutos, una ascensión que despertó la admiración por el entonces jovencísimo escalador de 22 años que ya había hecho de las suyas en Yosemite unos meses antes.
En febrero del año pasado, antes de viajar a España para escalar La fiesta del bíceps en Riglos, se hacía con las otras dos. La primera de ellas fue Shune’s buttress, un poco favorable día 13 en el que se encontró la vía mojada y en el que tuvo la suerte que no le empezó a nevar hasta que llegó a la cima. Para él, de todos modos, fue más difícil el largo descenso de 16 km con nieve que la propia vía.
Una semana más tarde, el día 22, realizaba otra vez con Tommy Caldwell la ascensión de Monkey finger por la mañana. Y por la tarde, no se le ocurría nada más que repetirla en solo integral… A las tres de la tarde, tenía los dos encadenamientos en el macuto.