Los alpinistas italianos Alessandro Baù, Claudio Migliorini y Nicola Tondini completaron a finales de verano de 2019 una nueva vía en la Cima Ovest di Lavaredo (Dolomitas) que bautizaron como Space vertigo. La línea fue abierta bajo una ética estricta, en un proceso que comenzaron en 2016. Finalmente, este verano han cerrado el círculo con la liberación, que ha resultado en un grado máximo alrededor del 8a (21 largos).
El estilo de la apertura es ya remarcable. Por supuesto, lo hicieron desde abajo y no utilizaron un solo parabolt destinado a la progresión, sino que todas las chapas que hay se encuentran en reuniones. La protección en los largos se limita a empotradores, friends, fisureros y clavos.
Una vía elegante
A decir de sus propios aperturistas, la vía resigue “una línea elegante a la derecha de la Via Couzy y asciende de forma completamente independiente todo el camino hasta la cima, aparte de una reunión compartida con Alpenliebe”. Alessandro Baù precisa que “la vía fue abierta escalando exclusivamente en libre, sin ningún tipo de escalada artificial, y toma una línea lógica a través de los techos”. Además, puntualiza que “el nombre de la vía, recuerda la tremenda exposición que caracteriza la vía”.
Cuando se habla de los techos de la Cima Ovest de Lavaredo, a cualquier aficionado a la escalada en pared le vendrá a la memoria las aperturas de Alex Huber en este muro, Bellavista y Pan aroma, a las cuales se añaden otras líneas tan destacadas como Project fear, de Dave MacLeod, o Alpenliebe, Pressknödel y Akut, las tres de Kurt Astner (las dos primeras con Christoph Hainz y la tercera con Urban Ties).
Trabajo en equipo para liberar
Alessandro Baù, Claudio Migliorini y Nicola Tondini volvieron a compartir trabajo y esfuerzos en la vía este verano, con la idea de lograr la liberación de Space vertigo. Una vez tuvieron claro que la cosa podía salir, izaron dos hamacas cargadas de provisiones hasta la sección clave de la vía (un tramo de roca amarilla desplomada) y el 9 de septiembre se lanzaron a tratar de liberar cada uno de sus largos.
El inicio resultó ser mucho más duro de lo esperado, básicamente debido a la humedad reinante y la consecuente falta de fricción. Al acabar el primer día, solamente habían liberado los tres primeros largos. Así las cosas, bajaron al suelo para descansar sobre tierra firme en lugar de hacerlo en las hamacas.
Al día siguiente, remontaron las cuerdas fijas y prosiguieron su tarea liberadora a través de la parte más exigente de Space vertigo, lo que les llevó otros dos días. A mediodía de la cuarta jornada en pared, alcanzaron la cima. “Cada largo había sido liberado, al menos por uno de los tres” miembros de la cordada, todos ellos guías de montaña.
Alessandro Baù resume: “Los principales rasgos de la vía son sus dificultades sostenidas junto con una dura escalada obligada. Aunque los grados todavía requieren confirmación, el tramo clave es una travesía que rondará el IX+/X- (8a). Cinco largos están graduados como IX/IX+ (7c/+) y otros ocho se sitúan en el VIII+/IX- (7a+/7b+), mientras que los otros siete largos son más fáciles, con dificultades clásicas… Es una buena patada en los dientes”.
Da gustazo ver gente con una ética adecuada al sitio donde están.
Quería decir algo, el domingo pasado estuve escalando con unos amigos en el Pajarito de La Cabrera en Madrid, zona que hasta hace poco era no muy visitada pero ahora la cosa ha cambiado.
Si ya tenemos bastante con aguantar los ruidos de los coches, de las motos, de las sopladoras y motosierras y demás….nos tocó aguantar el ruidito de un dron sobrevolando la aguja, vale que seas profesional del tema, vale que te quieras grabar con tus colegas escalando pero respetar al personal que estábamos escalando y disfrundo del día, hace ruido el dron no se si lo sabéis y además hay muchas aves sobre todo buitres en esa zona.
Ya lo que nos faltaba.