Quizás no existe otro escalador en el mundo capaz de adjudicarse dos vías de 9a en el día, y mucho menos, en una jornada destinada al “entrenamiento”. Esas son las cosas de Adam Ondra. El escalador checo lo hizo este pasado martes: vio que las condiciones meteorológicas y de su piel no eran las óptimas para seguir trabajando en Perfecto mundo 9b+ y decidió tomarse un día de descanso activo, entrenando en un sector que no conocía pero que le iría mejor para conservar la piel. Condujo los escasos 20 kilómetros que separan Margalef de Juncosa y regresó con las primeras repeticiones de Tierra de nadie y La real tierra de nadie, ambas vías de 9a.

Las primeras, de Dani Andrada
La historia de estas vías se remonta a 2008, cuando Dani Andrada y Chris Sharma recalaron en una pequeña cueva discretamente situada en medio de un paisaje agrícola de la comarca ilerdense de las Garrigues. Entonces, dejaron equipadas dos vías que surcan las secciones más interesantes de la gruta.
Tras superar una lesión, Dani Andrada regresó a la cueva en mayo del año siguiente, para terminar el trabajo. Se demostró a sí mismo que sus molestias ya eran cosa del pasado, con el encadenamiento de ambas en un solo día. Lanzó sendas propuestas de 9a para Tierra de nadie y La real tierra de nadie.
Las dos comparten una primera sección común. A partir de un determinado punto, La real tierra de nadie se desvía a la izquierda, con un desenlace un poco más largo y más duro que su vía hermana.
Las repeticiones de Adam Ondra
Adam Ondra explica en su página web cómo de sorprendente le resultó encontrar un sector de escalada en un entorno como el de Juncosa. “La escalada allí es muy desplomada y atlética, las presas son mayoritariamente muy confortables y respetan la piel”, resume el checo.
Sin preámbulo alguno, se puso a trabajar en Tierra de nadie, y reconoce que “me llevó bastante tiempo sacar los movimientos, pues requiere mucha tensión corporal, así como talonajes, puntas y rodillas precisos”.
Esas dificultades no fueron suficientes para entorpecer al checo, que se adjudicó la vía inesperadamente en su segundo pegue: “A duras penas pude pasar el primer crux, hice un buen reposo de rodilla, luché a través de la sección húmeda del centro del techo, hice otro descanso en una rodilla, y acabé haciendo un gran dinámico cruzado hasta un cazo increíble y glorioso”. Apenas una hora más tarde, encadenaba también la variante La real tierra de nadie.
Respecto a los grados, Adam Ondra puntualiza: “tengo que admitir que usar las modernas rodilleras marca una gran diferencia en estas dos vías, así que pienso que la manera en que Dani las escaló podría estar en la parte alta del 9a y con rodilleras estarán probablemente en la parte baja del 9a”.
- Etiquetas: adam ondra