Antecedentes
El pasado verano comenzaron los primeros contactos (por correo electrónico) de los escaladores con el Canal. Un cartel a la entrada de la Pasarela con el siguiente texto: “La presa de El Pontón de la Oliva, construida en 1851, y su entorno forman parte del Patrimonio Histórico del Canal de Isabel II. Por motivos de seguridad y conservación no está permitida la fijación de dispositivos de escalada ni la práctica de deportes que comporten riesgo personal o deterioro de las mismas”, y el hecho de que agentes del Canal estuvieran solicitando la documentación a los escaladores que hacían alguna de sus vías, hicieron saltar las alarmas. El Canal alegó lo siguiente: “la presa del Pontón de la Oliva (muro, torre de toma, pasarela…) no está ni adaptada, ni diseñada, ni pensada para que se pueda realizar este tipo de actividad (…).

Lo que está limitado/prohibido no es sólo la escalada en la pasarela, sino el uso en cualquiera de las instalaciones propiedad del Canal de Isabel II (por el carácter privado de la instalación, su condición de bien histórico, y porque no nos podemos responsabilizar de que sea utilizada para un fin distinto del propio de la misma). Además, en ocasiones se colocan anclajes en la torre de toma, practican la ‘tirolina’ en la presa, etcétera”. “(…) la pasarela es una zona de paso y, si cayera alguna piedra, por ejemplo, podría causar daños a las personas que se encuentran en esa área” (por la pasarela discurre un tramo del GR-88).
Durante el intercambio de correos, se explicó al Canal que la escalada no afecta a las construcciones del Pontón, que los escaladores no instalan anclajes de escalada en otro terreno que no sea la roca natural y que las vías que existen por encima de la pasarela se abrieron hace muchos años y que la posibilidad de que se produzca caída de piedras es muy remota. Ambas partes acordaron reunirse pasado el mes de agosto.
La reunión
El 1 de octubre, un representante de la Federación Madrileña de Montañismo, Carlos Fernández Ballesteros (gerente de la misma), y el autor de la guía de escalada en Patones, José Manuel Velázquez-Gaztelu, también redactor de la revista Desnivel y asesor de la Vocalía de Escalada de la FMM, se reunieron con distintos cargos del Canal –entre otros con parte de su gabinete jurídico– en las oficinas de esta empresa que administra los recursos hídricos de casi toda la Comunidad de Madrid.
Los escaladores expusieron sus razones de por qué consideraban la prohibición desmesurada y poco objetiva y el Canal explicó un hecho que hasta entonces circulaba por la escuela en forma de rumor: una persona que había sufrido un accidente (no de escalada, sino por caída de piedras, según declaró) había reclamado una indemnización al Canal.
Aunque la demanda se ha desestimado, la dirección del Canal no está dispuesta a que esto pueda repetirse y declara incompatible el uso del senderismo con el de la escalada en este tramo del GR-88, el de la Pasarela. Derivado de esto mismo, el Canal expresó su preocupación por el deterioro de la barandilla provocado por los rápeles y tirolinas que se instalan desde la Pasarela y también por los escaladores que se suben a ella para coser la primera chapa o para saltarse los primeros pasos (en ocasiones los más difíciles) de las vías.
Carlos y José Manuel explicaron que los escaladores no son los responsables de que se hagan rápeles o tirolinas desde la Pasarela, que bastaría con prohibir estas actividades, así como subirse a la barandilla, que el senderismo en esta parte del GR es totalmente compatible con la escalada –y así lo ha sido durante más de dos décadas– y que tanto los canales de información de que dispone la FMM como el publicar un aviso en la nueva guía y las webs especializadas –además de carteles en la entrada del sector– bastaría para hacer saber al colectivo escalador que se deben cumplir ciertas normas para poder seguir escalando en este muro.
El Canal contestó que no pueden permitirse establecer vigilancia permanente en la zona, que los carteles instalados habían sido arrancados y que el gabinete jurídico, después de analizar el problema, no encuentra una solución viable que contemple la escalada en esta pared que alberga una veintena de rutas. De todas formas, durante toda la reunión expresaron estar abiertos a nuevas propuestas y posibles soluciones.
Conclusión
Escalar desde la Pasarela está prohibido. ¿Permanentemente? Permanentemente o hasta encontrar una solución de carácter jurídico que exima al Canal de ciertas responsabilidades en caso de un accidente. No parece algo sencillo, pero es muy positivo que desde el Canal declaren ser flexibles y estar a la espera de una propuesta que desbloquee la prohibición.
Por otra parte, este primer encuentro puede considerarse como el arranque de futuros acuerdos y colaboraciones en relación a senderos y otras zonas madrileñas de escalada con paredes próximas a instalaciones del Canal o directamente dentro de terrenos del mismo.
La anécdota: tras la reunión, los escaladores dieron una guía de escalada a los representantes del Canal. Imaginad la cara de los juristas al leer los nombres de las vías de la Pasarela y el sector Erótico…