La escaladora alemana Ines Papert llevaba ya mucho tiempo con la idea de repetir Illuminati en la cabeza. Según cuenta ella misma en su blog, el mismo año 2006 en que Albert Leichtfried abrió esta impresionante línea en Val Lunga (Dolomitas) tuvo que abortar su primera intención de ir a repetirla por culpa del mal estado del hielo en la parte superior de la vía. En 2009, la falta de hielo frustró de nuevo sus planes, esta vez acompañada por Kurt Astner. Y de nuevo en 2010 se quedó con las ganas de encadenarla, tras haber quedado en hacerlo con Angelika Rainer, otra gran campeona de escalada en hielo: “Esta vez, las temperaturas eran demasiado bajas; a -20ºC era impensable poder escalar pasos de grado 11 de mixto con guantes finos.
Una llamada del guía local Hubert Moroder la puso de nuevo alerta este invierno: “me dijo que había poco hielo en la salida, pero quizás suficiente para una repetición”. Papert no quiso esperar y llamó a su antigua compañera de escaladas invernales Lisi Steurer para lanzarse a por Illuminati. Ambas habían conseguido realizar la primera ascensión de Power of silence (400 m, 7c+) en el Circo de las Inescalables (Canadá) en 2009.
El 27 de enero, ambas escaladoras remontaban Val Lunga para acercarse a pie de vía. Papert explica que la emoción la embargaba en ese momento: “La tensión aumentaba, apenas podía esperar para ver la ruta”, escribe en su blog. Su motivación estaba por las nubes, en ese día soleado con “temperaturas más bien demasiado cálidas para la temporada”.
Escalada psicológica… 20 m sin tornillos
La línea empieza con los tres largos de mixto. Primero, 30 metros (doce de ellos, desplomados) a M11-; después, el exigente largo de 25 metros a M11+, en un techo. “Esta vez escalé el techo del tirón”, cuenta Papert, quien explica que empezaron con los largos de hielo “después de que el sol se ocultara detrás de la montaña”, para minimizar al máximo el riesgo por las ocasionales caídas de hielo desde cotas superiores.
Metidas de lleno en el meollo del asunto, la escaladora alemana reconoce que se le hizo “un nudo en el estómago” al afrontar la columna de hielo de 20 metros de altura y un metro de diámetro: “¿Ningún tornillo en una escalada vertical de 20 metros! Pregunta, ¿podría mantener mis nervios a raya?” Lo hizo, escuchando “las buenas sensaciones de mi tripa” y consiguió escalar más y más arriba, por encima de la línea de fractura hasta que… “por fin, podía colocar el primer buen tornillo”.
Los últimos tramos de la línea no representaron ningún problema para Papert y Steurer, que finalmente pudieron celebrar en la cumbre su encadenamiento y la primera ascensión femenina de una vía con pocas repeticiones. Una de dichas repeticiones fue realizada por Florian Riegler en 2008.