Mientras niños y no tan niños disfrutaban con los juguetes después de la noche de Reyes, Pau lo hacía tras haber desenvuelto el día anterior los secretos de La Massue en “uno de los mejores días” de su vida.
No sólo por haber conseguido su primer grado 7 sino por el aprendizaje de “cómo escalar sin que el hielo se entere” que recibió de Beauquis. “Hay un antes y un después, yo pensaba que después del grado 5 iría el 6 y después el 7 sin más, pero no, hay una gran diferencia de mentalidad y confianza, de escalar fino y seguro; esto es lo que más me ha marcado, ver escalar a Nico: el tubo ni se enteró”. Por su parte, Pau se encargó del largo anterior, con una dificultad de 6+, y recibió parecidos elogios por parte de su inesperado compañero. Dos días después, subían las temperaturas, comenzaba a llover y La Massue, al igual que medio Fer a Cheval desapareció.
Dentro de su inagotable proyecto de afrontar vías de grado 6 para arriba (todas), llevaba ya nueve días escalando cada vez más duro en el exigente Fer a Cheval.
Primero grado 5, luego 6, luego 6+ y, por fin, el día 5 enero tocaba el turno a subir el listón al grado 7. Iba a por ella sí o sí, le envió una foto a Nicolas Beauquis, poseedor de varios grados 7, quien hace tiempo la perseguía y así llegó La Massue:
¿Cómo te sientes?
Me siento muy contento y creo que ha sido si no el mejor, uno de los mejores días de mi vida.
Qué te pareció la vía al escalarla y qué te parece la vía por su valor histórico: la segunda de grado 7 junto con La Lyre y ambas después de Riptide.
Creo que la vía sólo es hielo y el hielo sólo es el medio, aquí entra la mano de Francois Damilano y Philippe Pibarot que es quien da nombre y por así decirlo historia y vida a un doble free-standing brutal, ¡de los que te cortan la respiración solo con verlo…! La Massue cascada mítica del gran baile del invierno 91/92.
Ese año se escaló mucho en Fer a Cheval, y creo que ésa es la clave. Escalar mucho allí y la montaña hace el resto, la magia del hielo. Llevábamos 9 días escalando en la zona, en los cuales escalamos: 29/12/2010 Aurelia V/5 con Rubén y Marcel. 01/01/11 Folly de Droite V/6 300m Pau y Toti. 03/01/11 Pissevache V/6+ 300m Pau i Toti, y 05/01/11 Massue IV/7,X 140m.
Un día histórico, ya contaba más de diez años de la ultima repetición, la escalamos en cordada franco-catalana. Con nuestro amigo Nicolas Beauquis y un servidor.
¿En qué estado la encontrasteis?
Los dos primeros largos aún eran racionales, el primero una rampa muy fácil y con buen hielo. El segundo era un tubo de unos 40 m separado unos 7 m de la pared, desplomaba entero y quedaba cerrado debajo de un techo de medusas vacías por dentro [WI 6+].
El último largo era un tubo de 30 m de alto separado 4 m de la pared, semidesplomado y prácticamente transparente, 10 cm de grosor en la base y unos 15/20 cm en la parte superior, ¡se veía correr el agua por dentro: algo muy poco racional! El tubo quedaba cortado en su parte superior por unas grandes medusas que Nico pasó por la derecha, los últimos 25 m sin dejar de ser verticales eran con buen hielo y pegado a la pared, un largo muy delicado con hielo de Fer A Cheval diría yo [WI 7].
¿Qué te pareció lo más difícil y/o lo más arriesgado y cómo lo resolviste?
Lo más complejo era tratar el hielo con la máxima delicadeza y escalar con mucha calma para aguantar bien todo el largo. En el primer tubo me costó un rato sanear y pasar el desplome de las medusas al estar tan hueco.
El segundo tubo que encabezó Nicolás Beauquis era claramente otra dimensión. Para mí fue una gran lección, algo que no sabía y allí me di cuenta lo mucho que lo necesitaba…
¿Nos puedes explicar esto mejor?
Con esto estoy diciendo que él fue quien tiró delante en el largo duro. Fui de segundo y lo encadené pero mentalmente es otra responsabilidad ir de segundo.
Aunque él lo dejó preparado para que yo subiera por otra cuerda, que no estaba anclada al tubo, no quitamos la cuerda [la que estaba pasada por los seguros] ya que me ví capaz de subir. Y subí.
Y también que yo, a lo mejor, la habría escalado pero a lo mejor habría caído con el tubo. Espero que sepa aplicar lo que he aprendido para las demás vías y las pueda escalar así de relajado, sin tensión. De verdad que al tío no le temblaba el pulso.
¿Él ya la había intentado?
Bueno, el año pasado clavó los piolets a pie de vía. Le envié una foto y le dije que tal día íbamos a hacerla. Supongo que vio que un día escalábamos una vía, otro otra pensó que era una buena cordada.
Nos conocimos a las ocho de la mañana y se reía con las manos en la cabeza: “una cordada franco-catalana en la Massue”, fue todo perfecto, un día espectacular.
Como te decía a lo mejor yo la habría hecho o a lo mejor hubiese pirado con el tubo. Pero él es un maestro que ha hecho varios grados 7, es gendarme de montaña, ha hecho todo Cheval.
Sin esta lección yo seguiría yo escalando, pero me ha impactado porque yo siempre he sido autodidacta, nadie me ha enseñado nada y ha sido espectacular tener a un maestro que te da una lección así. El no dudó nunca. Me dijo: “Tocaré el hielo y depende de cómo esté nos vamos o para arriba”.
Y sobre el grado, ¿estaba en grado 7?
Grado 7, sí. No se dio el momento de hablar de si la estructura era en X pero yo me lo he apuntado así porque mucho más precario es difícil de encontrar, yo creo. Seguro que era 7.
He escalado 6 como Pissevache, que la guía dice que es más duro de lo normal, y había un cambio sustancial. La Massue era un tubo de 35 m que apenas tocaba suelo, no se podía hacer vibrar, había pasos con pies volados, solo con un pie… unos equilibrios exagerados. Técnicamente pueden ser igual en 6+ pero anclas el piolet hasta cruz y aquí anclas 2 cm sólo.
Nunca llegamos a agujerear el tubo. Y los tornillos, Nicolás llevaba unos supercortos, creo que de 7 cm, porque dice que si salta el tubo también salta antes el tornillo y así se van menos toneladas… Es otra técnica por así decirlo: la equipación no es para aguantar la caída, es otro rollo. En 6+ en algún sitio del largo, lazando o triangulando o como sea encuentras un seguro a cañón, aquí era imposible poner un seguro y pensar que aguantaría.
Técnicamente eran pasos muy finos, pasos de cambio de manos para no pinchar mucho las secciones, y que fueran –dentro de no ser muy dinámicos– sí una superestirada hasta el siguiente para no tener que clavar demasiado y no debilitar la estructura, y así, casi sin darle, donde paraba el piolet para arriba.
Esta vez no me he venido igual para casa. Con las otras vías ya pensaba que ¡vaya reglado de Reyes!, y sobre ésta pensaba que sería un poco más duro que 6+, iba superconvencido. Cuando ví el trato que daba en la sección del tubo hasta pasar el desplome –una vez pasado el desplome era igual de vertical pero más denso, detrás había pared, era otra mentalidad–… Pero abajo había que abusar de la mentalidad y de la confianza en uno mismo y en ir muy fino y muy seguro. Esto es lo que más me ha marcado: ver subir un tubo de estas características y el tubo ni se enteró. ¡Brutal! Lo escalamos muy al límite.
¿Qué dirías sobre este viaje?
Siempre volvemos de Alpes con hielo, por eso vamos. Esta vez hemos vuelto con algo más, creo que debido al hecho de haber ido unos días seguidos y con calma en vez de ir en un fin de semana corriendo: ¡escalar, vivaquear como perros, desaparecer y el lunes a currar! Esta vez ha sido distinto porque hemos conocido a la gente del lugar, una gente como sus vías: excepcional.
Nos invitaron a unas cervezas en el bar, a ducharnos, nos contaron mil historias para no dormir de escaladas en el valle, nos ofrecieron casa. Incluso nos aplaudieron algún día cuando bajábamos de escalar, nos vinieron a hacer fotos escalando aun teniendo que caminar.
Todo esto cada día. Una gente muy humilde y buena que han conseguido lo que han conseguido sus vías: que Fer A Cheval sea difícil de olvidar. Un gros merci para Nico y Pierre… Chapeau!!
¿Va a cambiar tu manera de abordar los viajes a Alpes: en lugar de fines de semana, ir varios días?
Siempre va a ser lo que el hielo ofrezca pero intentaré un viaje de cuatro o cinco días a Suiza y otro a Austria. Pero seguiré también haciendo víajes de fin de semana y si sé que hay una vía que me gusta escalar no puedo estar trabajando y pensar en ella.
Tengo que ir. Pero también hay veces que hay que estar allí estudiando el sector unos días. Esta vez ha sido así.