La vigente promoción del Equipo Español de Alpinismo (EEA) anda inmersa en su tercer y último año de aprendizaje bajo la dirección de Mikel Zabalza. El próximo verano viajarán al Karakórum en su viaje de fin de curso… si el Centro Superior de Deportes aprueba el presupuesto extraordinario que necesitan.
Mientras tanto, perfilan su preparación con actividades que alcanzan una calidad notable. El mejor ejemplo ha sido su reciente concentración en el Pirineo occidental, donde han abierto cuatro interesantes vías de mixto.
Un plan B más que satisfactorio
Y eso que la idea inicial no era quedarse en el Pirineo, sino ir a Kandersteg a apretar en el hielo alpino. No obstante, las condiciones en Suiza no eran las mejores, tal como explica Mikel Zabalza: “La méteo no era favorable; había poco hielo, solamente en un sector muy alto y me imaginé que habría mucha gente allí y habría que hacer colas en las vías”.
Contra las colas, un sector absolutamente desconocido del Pirineo occidental, en la cara norte del macizo de Bernera, situado entre el Bisaurín y el Aspe. “Pensando, me vino a la cabeza este sitio porque –tal como estaban las condiciones después del temporal Gloria– no es peligroso llegar ni tampoco hay riesgos a la hora de escalar con pendientes cargadas de nieve. Nadie había escalado nunca allí… quizás porque no se ve desde ningún lado y la aproximación es larga (dos horas y media desde el refugio de Lizara)”, apunta Mikel Zabalza, que lo tenía en mente desde hacía seis o siete años, cuando escaló la cara norte del vecino Olibón.
Rutas limpias
El equipo que estuvo trabajando las aperturas en el sector estuvo compuesto por Mikel Zabalza como director del EEA, los miembros Rubén Sanmartín, Bernat Vilarrassa y Javi Guzmán, además de Álvaro Lafuente. El mayor orgullo para Mikel Zabalza se centra en el estilo y la ética puestos en práctica: “La valoración es muy buena. Son vías de calidad, sobre roca muy buena. Además, han quedado limpias, solo con los pitones de los rápeles, algún fisurero y un par de puentes de roca. Quienes las repitan, las vivirán con la misma intensidad”.
El director del EEA señala que “en estas vías, dudaba de si íbamos a poder pasar sin chapas. Si había que hacerlo en artificial, vale, pero no lo íbamos a hacer en libre a toda costa”. Esa es la razón por la que sus aperturas cuentan con algunos largos sin liberar, que quedarán como un reto para eventuales repetidores.
Probablemente, la vía más destacada de las cuatro abiertas es Aitz, con 130 metros de recorrido divididos en cuatro largos y dificultades máximas de hasta WI5+/6 en hielo y un potencial M9 de mixto que ellos resolvieron en M7/A2. La vía Oiga, por su parte, tiene un largo de roca de entrada estimado en 7c (se resolvió en 7a/A2+).
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