En el contexto de la International Mountain Summit 2014, el pasado lunes 20 de octubre se celebró un acto muy especial y en un escenario también especial. El castillo-museo Messner de Castel Firmiano albergó el debate Mountain ex.change – ¿Cuánta publicidad necesita el alpinismo y cuánta puede tolerar?, en el que varios alpinistas y escaladores de primer orden reflexionaron acerca de las relaciones entre la comunicación y su actividad. Participó una selecta representación de la primera fila de la escalada y el alpinismo mundial, con Hervé Barmasse, Peter Habeler, Alain Robert, Marko Prezelj, Steph Davis, Dave MacLeod y Adam Holzknecht, además del anfitrión Reinhold Messner y el ideólogo del acto, el guía de montaña Hanspeter Eisendle. También estaba prevista la asistencia de Hansjörg Auer, pero un accidente de parapente lo mantenía hospitalizado (con pronóstico favorable).
Fue Hanspeter Eisendle quien abrió la jornada, con una intervención en la que repasó la historia de la relación entre el alpinismo y los medios de comunicación, desde las ascensiones de Hermann Buhl hasta la actualidad pasando por Reinhold Messner, la primera gran figura mediática de este deporte.
Una especialista en comunicación introdujo varios temas de reflexión al debate, como los roles que los alpinistas y escaladores profesionales deben jugar en los medios de comunicación durante una actividad desarrollada en soledad. O el uso de las redes sociales durante actividades de alto nivel en montaña, que puede ser un arma de doble filo que añada presión sobre los alpinistas y les lleve a arriesgar demasiado (el ejemplo de la reciente tragedia en el Shisha Pangma de la expedición Dynafit estuvo siempre sobrevolando la conversación). Por otro lado, también expresó que la digitalización ha favorecido que cualquier pueda hacer de periodista, aunque lo cierto es que el concepto de periodista va mucho más allá de la tecnología: filtro de contenidos por relevancia, aplicación de una ética (no sensacionalismo), etc.
En definitiva, concluyó que los alpinistas de alto nivel necesitan a los medios para estar allí arriba y poder nutrirse de patrocinios, pero que es un error estar disponible las 24 horas. A la inversa, los periodistas necesitan estar en contacto con los alpinistas para dar una información cercana y humana (sobre sensaciones reales y alejadas de lo tópico), pero no durante las 24 horas.
Las opiniones de los alpinistas
El primer alpinista en hablar fue el italiano Hervé Barmasse, quien declaró sin vacilaciones que «el alpinismo necesita a los periodistas». Sin embargo, matizó que para él «el alpinista sólo debe concentrarse en su actividad durante la acción, y puede comunicar después. Cuando vas al límite o arriesgas tu vida, no hay tiempo para comunicar«. Además, cree que «los medios de comunicación también pueden servir para comprobar si efectivamente se ha hecho una actividad». Para terminar concluyendo que «la comunicación es necesaria, pero debe ser una buena comunicación«.
Para el mítico alpinista austriaco Peter Habeler, «es más importante la experiencia y hacerlo que no que alguien haga la cobertura. El problema es que hoy en día lo primero es reportar. Nosotros lo hacíamos después: lo primero era demostrar que el hombre podía subir al techo del mundo sin oxígeno». Por otro lado, también puntualizó que «no me gusta el sensacionalismo, y hay muchos escaladores que cuando hacen cualquier cosa gritan ‘¡he hecho esto!’ sin que quizás sea tan importante».
En su turno, el spiderman francés Alain Robert dejó claro que «yo necesito a los medios como el profesional y en cierta manera showman que soy«. Tirando de su sentido del humor y característica ironía, aventuró que «si tuviera que escalar sin atención mediática, tendría que trabajar quizás de camarero en el McDonald’s, mientras que ahora puedo permitirme escalar cada día».
Muy diferente es la aproximación del esloveno Marko Prezelj, ganador dos veces del Piolet d’Or y a menudo protagonista de actividades que se desarrollan lejos del radar mediático. «El alpinismo es una relación personal, es descubrirme a mí mismo, y el periodismo es un daño colateral. Al final, es como el amor, puedes hacerlo por negocio o para ti mismo. Cuanta más atención ponemos en los medios de comunicación, más fingimos. Actualmente, el alpinismo está a punto de convertirse en un reality show, y yo quiero tener el derecho de elegir mi propio camino, aunque actualmente no hay sitio en los medios de comunicación para los que no hacemos reality show y hablamos de nuestra actividad cuando regresamos».
La escaladora, saltadora BASE y piloto de traje de alas estadounidense Steph Davis recalcaba que «yo no lo veo como un problema que requiera una solución, simplemente es lo que hay. A mí me encantan los medios de comunicación y las redes sociales porque están creando una comunidad. Antes no era posible relacionarse directamente con el público, porque siempre había un filtro, con las redes sociales ahora hay contacto directo entre la comunidad y yo. Pero que me guste a mí da igual, porque es lo que hay».
El polivalente escalador escocés Dave MacLeod, activo blogger y comunicador, aseguraba que «las redes sociales me permiten inspirar a otros, además de hablar con mi propia voz, mientras que los medios de comunicación cambian el mensaje o simplemente lo rebajan a un grado. El desafío para mí es tomar responsabilidad en el mensaje y no comunicar cualquier cosa«.
Como siempre, Reinhold Messner ofreció una visión documentada y contundente de la cuestión. Recordó que la primera actividad alpinística que suscitó interés mediático fue la primera ascensión al Matterhorn en 1865 y que desde entonces esa relación entre medios de comunicación y alpinismo ha ido en ascenso. Actualmente, para el legendario alpinista italiano, «en el alpinismo clásico extremo no hay lugar para la comunicación instantánea, porque esta limita el nivel de exposición. Si comunico una aventura al mundo al momento, ya no es una aventura; yo no hubiera podido en mi época, no hubiera tenido una mano libre para hacerlo». Además, considera que los patrocinadores también tienen un papel responsable en este debate, ya que «dan dinero y quieren algo a cambio; hay que diferenciar entre lo que es alpinismo y lo que son las historias que la gente cuenta sobre el alpinismo». Finalmente, se preguntó «¿dónde están los expertos en alpinismo de la prensa? Antes los había pero actualmente no existen».
El neozelandés Mark Inglis, alpinista amputado de las dos piernas, explicó que hace 32 años que es montañero profesional y que «entonces los periodistas comprendían las actividades. Ahora todo es instantáneo y se comunica durante las 24 horas, sin comprender nada«.
Finalmente, el alpinista y guía de montaña italiano Adam Holzknecht intervino diciendo que «cuando empecé, no pensaba en el periodismo y no le prestaba atención, sólo tenía pasión. Trabajando sólo como guía, no puedo escalar como me gustaría ni lo que querría, pero también es más bonito así, haciendo lo que te permite el bolsillo. Eso sí, hay quien pierde más tiempo escribiendo y comunicando que escalando«.
El acto finalizó con un intenso debate entre los citados deportistas y los periodistas especializados presentes.