HISTORIAS DE LA HISTORIA

Primera del Gasherbrum I, la última oportunidad de los estadounidenses

Pete Schoening y Andy Kauffman coronaron el Hidden Peak (8.080 m) el 5 de julio de 1958, cuando solamente quedaban el Dhaulagiri y el Shisha Pangam por ascender.

Gasherbrum 1958
Gasherbrum 1958
| No hay comentarios |

En 1958, la carrera por las primeras ascensiones de los ochomiles estaba llegando a su fin. Había sido una carrera rápida. Después de varias décadas de intentos, el mayor conocimiento de las montañas y la evolución del material y la tecnología del oxígeno habían conducido a que todas las primeras ascensiones a los ochomiles se sucedieran a un ritmo vertiginoso desde 1950 (año del Annapurna, el primer ochomil).


En aquella carrera del “alpinismo de conquista” según la categorización de Reinhold Messner, habían puntuado los franceses, los británicos, los austriacos, los suizos e incluso los italianos y los japoneses. Pero de entre las grandes potencias de la época, alemanes y estadounidenses todavía no habían clavado su bandera en ninguna de las catorce cumbres más altas del mundo. Y ya solo quedaban el Dhaulagiri, el Shisha Pangma (‘cerrado’ por las autoridades chinas) y el Gasherbrum I.

Precedentes en el K2

Los esfuerzos del himalayismo estadounidense se habían centrado hasta entonces en el Karakórum y, básicamente, en el K2. Las expediciones de 1938 y 1939, lideradas por Charles Houston y Fritz Wiessner respectivamente, habían superado los 8.000 metros del Hombro y habían dejado claro que la ruta del Espolón de los Abruzzos era factible.

Tras el paréntesis de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Indo-Pakistaní, de nuevo Charles Houston se puso al frente de un grupo de estadounidenses que alcanzó una altura de 7.750 m antes de que una tormenta los atraptara. El consiguiente agónico descenso –en el que falleció Art Gilkey– se convirtió en un episodio que forma parte de la historia del alpinismo.

Durante aquel descenso, estuvieron muy cerca de la muerte los otros seis hombres que participaban en el intento. De hecho, la caída de George Bell fue arrastrando uno tras otro a sus compañeros Tony Streather, Charles Houston, Bob Bates y Dee Molenaar, antes de que Pete Schoening se las arreglara para detener la caída calzando su piolet con un bloque de hielo.

The Belay (“el aseguramiento”) fue elevado a la categoría de heroicidad, tanto por sus compañeros como por la prensa; el piolet de Pete Shoening se exhibe en el Museo del Alpinismo Estadounidense en Colorado; e incluso los descendientes de los alpinistas salvados se hacen llamar “los niños de The Belay” (28 de ellos se reunieron en 2006).

Pete Schoening es recordado básicamente por aquella acción durante la expedición al K2 de 1953, y no por la primera ascensión del Gasherburm I que culminó en 1958 con Andy Kauffman.

La expedición al Hidden Peak

Seguramente, el Gasherbrum I no era el pico que hubieran elegido los estadounidenses para su única primera ascensión a un ochomil. Catalogado como K5 en 1856, recibió el nombre de Hidden Peak (1892) por el hecho de que permanece escondido a la vista debido a su remota localización, aunque finalmente se impuso su nombre en lengua balti. Durante los años treinta, registró dos intentos, la expedición internacional de Günter Dyhrenfurth de 1934 y una expedición francesa en 1936, que alcanzaron los 6.300 y 6.900 m respectivamente.

Bajo la dirección de Nick Clinch, siete alpinistas estadounidenses intentarían llegar hasta la cima en verano de 1958. La crónica de la expedición para el American Alpine Journal de la época fue relatada por Pete Schoening y no esconde detalles como el extensivo uso de oxígeno y el ocasional consumo de anfetaminas durante la ascensión. Años después, Nick Clinch publicó el libro A Walk in the Sky sobre la aventura.

La primera cuestión a resolver tras instalarse en el campo base fue elegir la ruta de ascensión. Entre las cuatro opciones que ellos identificaron, se decidieron por el Espolón Roch, llamado así en honor del alpinista suizo André Roch que lo escaló durante la expedición de 1934. Dicho relieve los conduciría hasta la arista sureste y, de ahí, a la cima. Curiosamente, la ruta de la primera ascensión no se corresponde exactamente con la ruta normal del Gasherbrum I, que no se estableció hasta 1986, a través del Couloir de los Japoneses.

Avance pesado

La estrategia de progreso en la montaña que siguieron los hombres de Nick Clinch fue la habitual en la época, consistente en ir estableciendo campamentos de altura e irlos aprovisionando bien de equipo, víveres y oxígeno para asegurar una línea de suministros que les permitiera establecer otro campamento más. De este modo, plantearon una ascensión con cinco campamentos de altura.

Básicamente, el trabajo de aprovisionar se centró en los primeros tres campamentos. El 15 de junio, instalaron su C2 entre los 6.300 m y los 6.400 m y el 21 de junio situaron su C3 en la arista a 6.700 m. Dedicaron una semana completa a aprovisionar este campamento y, el 28 de junio, tomaron las decisiones finales sobre dónde situar sus últimos dos campamentos y votaron la composición de los tres equipos que llevarían a cabo los sucesivos intentos de cumbre.

Al día siguiente, salieron juntos hacia arriba junto con tres porteadores de altura pakistanís. Tom McCormack y el capitán Rizvi del ejército pakistaní (la teórica segunda cordada de cima) se dieron la vuelta, mientras Bob Swift, Tom Nevison, Nick Clinch, Andy Kauffman y Pete Schoening seguían hasta el C4. El mal tiempo no les permitió continuar rápidamenta hacia el C5.

Permanecieron allí, a casi 7.000 m, durante cuatro días hasta que las condiciones mejoraron y pudieron continuar progresando. Durante aquellas jornadas de espera, comprobaron que sus compañeros  y porteadores de altura mantenían el flujo de aprovisionamiento por debajo de ellos (tendrían oxígeno a su disposición si lo necesitaban). Además, Bob Swift, Tom Nevison y Nick Clinch realizaron dos salidas que les permitieron trazar la mitad del camino hacia el deseado C5.

De este modo, cuando llegó el buen tiempo de nuevo, el 4 de julio, les resultó más sencillo avanzar por la nieve profunda y acercarse bastante a su objetivo de montar ese último campamento de altura en el collado situado entre la cima sur y la cumbre principal. Lo hicieron algo por debajo de los 7.200 m.

Ingenioso asalto final

Solamente Pete Schoening y Andy Kauffman se quedaron a pasar la noche allí, mientras Bob Swift, Tom Nevison y Nick Clinch regresaban al C4 para permanecer como equipo de apoyo y segunda cordada de cima.

Poco después de las 5:00 horas de la mañana del 5 de julio, Pete Schoening y Andy Kauffman partían del C5 con destino a la arista cimera y la cumbre, situada casi 900 metros más arriba. El itinerario no parecía entrañar grandes dificultades, y el principal obstáculo era la nieve profunda acumulada en el primer tramo de la jornada, sin demasiada pendiente. Ahí, el dúo tiró de ingenio para improvisar unas rudimentarias raquetas de nieve clavando sus crampones en las maderas de unas cajas de comida.

Posteriormente, identificarían aquello como una de las claves de su éxito, pues les permitió resolver el terreno nevado de forma mucho más sencilla y rápida de lo que de otro modo hubiera sido posible. Aprovecharon el colapso de un trozo de cornisa para acceder al collado fácilmente y, desde allí, un expuesto couloir los llevó a la arista somital, de nieve.

Alcanzaron la cumbre alrededor de las 15:00 horas de la tarde, diez horas después de salir del C5. Tras pasar una hora en la cima, regresaron al C5 a las 21:00 horas de la noche. Al día siguiente, continuaron bajando y se cruzaron con Bob Swift, Tom Nevison y Nick Clinch, que iniciaban su intento, frustrado precozmente por un empeoramiento de las condiciones.

Homenaje a Art Gilkey

Pete Schoening concluye su crónica de la expedición contando cómo, durante el camino de regreso a través del glaciar del Baltoro, realizó un desvío para acercarse al campo base del K2. Allí, rindió un sentido tributo a la memoria de Art Gilkey, su compañero fallecido en la expedición de 1953.

Lecturas relacionadas

Ayudarnos a difundir la cultura de la montaña

En Desnivel.com te ofrecemos gratuitamente la mejor información del mundo de la montaña. Puedes ayudarnos a difundir la cultura de la montaña comprando tus libros y guías en Libreriadesnivel.com y en nuestra Librería en el centro de Madrid, o bien suscribiéndote a nuestras revistas.

¡Suscríbete gratis al boletín Desnivel al día!

Estamos más ocupados que nunca y hay demasiada información, lo sabemos. Déjanos ayudarte. Te enviaremos todas las mañanas un e-mail con las historias y artículos más interesantes de montaña, escalada y cultura montañera.