103 manuscritos han concursado en esta XXV Edición del Premio Desnivel de Literatura, se dice pronto, veinticinco años premiando la literatura de montaña, de viajes y aventura. Disfrutando de los miles de manuscritos que han llegado, leyéndolos con mimo y con respeto, valorando cómo tejen vidas, montañas y anhelos.
Sintiéndonos afortunados del privilegio de adentrarnos por sus tripas, como bien describe María R. Bajo, ganadora de la pasada edición con su maravillosa Yo sé por qué te escondes aquí, y jurado este año:
«Siento mucha gratitud por haber podido formar parte del jurado del Premio Desnivel de este año, por poder asomarme a las historias soñadas y puestas sobre papel de tantas personas, con el esfuerzo y el deseo de expresarse que hay detrás de cada una de ellas, ha sido como asomarme a diversos mundos así, de regalo».
María R. Bajo
Y esos mundos a veces nos llevan a lo alto de las montañas, otras al interior de las personas, y esta vez se adentran en un bosque para contarnos la vida de su protagonista y del entorno natural en el que decide involucrarse.
«El bosque me había enseñado a vivir a través de los ciclos, en lo instantáneo. Y en mi mente, mi metamorfosis transcurría únicamente a través de las palabras verano, primavera, otoño e invierno; serrar, labrar, pintar y recoger. Esos eran mis horizontes, en donde las relaciones tenían solo pretensiones de simbiosis; nunca más de hospedaje».
Una ventana al bosque
La protagonista de la novela ganadora, tras una operación de rodilla que se complicó incapacitándola durante meses y haciéndole perder su empleo, se ve impedida, sola y desatendida, viviendo una vida con la que no se siente identificada ni realizada. Esta crisis la lleva a hacer realidad un sueño que llevaba meses rondándole la cabeza y que se había convertido ya en una poderosa llamada: la llamada del bosque, su necesidad de tener una ventana, pero no una ventana cualquiera, sino una que diera a un bosque, desde la que pudiera ver e incluso tocar las hojas de los árboles. Así comienza su aventura íntima e intensa de subsistir en una cabaña perdida en la naturaleza.
«Una ventana al bosque no es un libro de acción, ni hazañas deportivas, ni grades aventuras, es como la misma autora escribe una desaventura… Un libro de una belleza y sensibilidad increíbles, para leer despacio y saborearlo como un buen vino, como un paseo por el bosque entre Trasgus y Xanas…»
Ramón Portilla

Por consenso el jurado compuesto por Ramón Portilla, María R. Bajo y yo misma, decidimos que Una ventana al bosque era la ganadora, porque nos acercaba a la naturaleza de una manera sumergida, susurrante y vivida. Entreteniéndonos y emocionándonos con cada día de vida en esa cabaña en el bosque.
«Una ventana al bosque me ha encandilado por su valentía y su sencillez. El amor por la naturaleza plaga las páginas y también la generosidad de la autora que ha depositado regalos entre las páginas, como semillas en el bosque esperando a germinar, en forma de sabiduría acerca de las plantas y el entorno natural. Lejos de la épica, se acerca a lo más humano, a lo más honesto del ser humano».
María R. Bajo
Noelia Velasco, su autora, muy emocionada al conocer que había sido la ganadora, confiesa que es guía de naturaleza en Asturias, que su vida es un poco bosque y que es la primera vez que escribe un texto tan largo.
«En un momento me decido a escribir lo que van a ser unos folios y se acaba convirtiendo en esto, me envuelve la propia escritura y no sé donde parar… y fue una catarsis… se acabó la frustración… está pensado en un sitio en concreto que existe.»
Noelia Velasco
En diciembre ya estará disponible Una ventana al bosque, esperamos que lo disfrutéis tanto como nosotros.
Gracias como cada año al resto de participantes, que dais sentido a este viaje de palabras y aventuras. Os seguimos esperando con ilusión.
«Desaventura: una aventura a la inversa, en la que la sensación excitante de descubrimiento es sustituida por la deconstrucción de las losas de apegos que tenemos».
Una ventana al bosque
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