Había una vez un premio literario que durante veinte convocatorias esperaba con deleite que llegase la primavera. No solo por ver los campos verdes y floridos, sino para recoger los frutos del invierno y saborearlos durante el verano. Acostumbraba a pasar que los frutos, pese a estar maduros, caían y quedaban escondidos entre hierbas altas.
¡Sabemos de tus frutos, seguro bien sabrosos! Déjalos salir, háznoslos llegar. Puede que pienses que te queda poco tiempo y no podrás terminar tu historia, o igual sientes que no es tan interesante como pensabas, o que no encaja, o que quieres darle una vuelta más… pero los límites temporales a veces son necesarios para poner un punto y final. Para zanjar y pasar a una nueva primavera.
Tienes hasta el 15 de junio para enviar tu manuscrito. ¡Venga, ánimo, que el verano está cerca y necesitamos frutos jugosos con los que refrescarnos!
Consulta aquí las bases del premio.