De vez en cuando van llegando, un día es un libro de viajes, otro un ensayo sobre la supervivencia, en ocasiones una novela de montaña que solo con el título ya te mantiene alerta.
Siempre nos preguntamos quién habrá detrás de cada palabra, qué deseos, qué inquietudes. Y siempre intentamos tratar cada manuscrito con el respeto que se merece: ser leído delicadamente, con espíritu crítico, pero con corazón generoso. Muchas veces son las vidas de esas personas, que andan detrás de las palabras, lo que se cuenta en muchas líneas.
El plazo para recibir manuscritos termina el 15 de junio
Gracias por vuestros retales de vidas. Aquí los mimamos como a recién nacidos.
Y no os olvidéis, los despistados, que el plazo para recibir manuscritos termina el 15 de junio.
Para terminar una frase que nos ha tocado, encontrada en uno de los libros presentados, es de Isadora Duncan:
«Fuiste silvestre una vez, no te dejes domesticar»