Queremos animaros a escribir y recordaros un par de libros que hace un tiempo estaban como los vuestros: a medio terminar, en la cabeza de sus autores, en un cajón olvidado… Insularidad. El viaje interior de un corredor, finalista en 2014, y el último ganador: 8.848 Clama Everest.

Apoyar la creación y la literatura de montaña en estos tiempos nos parece especialmente relevante
Apoyar la creación y la literatura de montaña en estos tiempos nos parece especialmente relevante, como si la situación nos pusiera en bandeja experimentar y profundizar en las historias.
Uno de los últimos manuscritos que ha llegado incluye este sugerente párrafo:
«El mismo tiempo vivido de forma diferente. Los mismos minutos, unos los sufren como si fueran horas y otros los disfrutan como segundos. Tiempo, siempre pedimos más sin darnos cuenta de que el que tenemos no sabemos aprovecharlo. Así que disfrutemos de nuestro tiempo antes de que nos quedemos sin él».
Por suerte aún no os habéis quedado sin tiempo. Tenéis hasta el 15 de junio para presentar manuscritos al Premio Desnivel de Literatura 2020, os esperamos con ilusión.
Si necesitáis inspiración, aquí recomendamos dos libros que formaron parte del Premio Desnivel de diferentes maneras y que esperamos os alienten.
8.848 Clama Everest, del escritor mexicano Jorge M. Mier, fue premiado en 2018 convirtiéndose en el último ganador del certamen —la edición de 2019 se declaró desierta—.
Las distancias hace tiempo que se desdibujaron con el mundo virtual, las tierras lejanas están cerca, a un clic del ratón. Esto ha favorecido el aluvión de manuscritos presentados al Premio en los últimos años, y también ha hecho que muchos de los participantes habiten lejos de nuestras fronteras. Y nunca había ganado nadie de allá. Así que cuando se llevó el premio el escritor mexicano Jorge M. Mier fue una alegría.
En 8.848 Clama Everest, desde la trayectoria vital y profesional de Henry, vamos recorriendo el Annapurna, el Everest y toda una vida de recuerdos montañeros que no son solo escaladas sino la asociación de las montañas y la escalada con el cambio, con la transformación del mundo y de uno mismo. «Un libro muy entretenido y muy trabajado que nos cuenta una historia bellísima», contó Ramón Portilla, miembro del jurado de aquella XX edición del Premio Desnivel.
Entre los temas principales de la novela está la relación y el conflicto que se da entre diferentes generaciones que practican la misma actividad. El abuelo de Henry es un reconocido explorador y alpinista, cuando muere deja un gran vacío y también un mundo de posibilidades.
Es también muy interesante la profundidad y cercanía con la que retrata al pueblo sherpa, que forma parte esencial de la historia. Habla del poder secreto de los sherpas y porteadores… como algo que vine más de su espíritu y actitud ante la vida que de la fortaleza física. Según cuenta el autor cuando viajó a Nepal para documentarse y observar, se fijó mucho en los sherpas y porteadores intentando captar su lenguaje secreto y sutil, aquel que va más allá de las palabras.
Que el libro esté contado desde diferentes miradas, correspondientes a los distintos personajes, le da mucha riqueza, constata que, aunque pases por lo mismo pasas de maneras diferentes y esto, como lectores, nos pone en una situación privilegiada: la de ver todo el prisma, que además no se basa en modelos de buenos y malos, sino que va un poco más allá, a intentar comprender la circunstancia y la vivencia que a cada uno nos lleva a actuar de un modo y otro.
Como dice el autor, «quería contar principalmente la fraternidad inesperada que surge en determinadas circunstancias, aquello que nos hermana y que nos hace responsables los unos de los otros. Ese es un proceso de transformación y por eso el cambio también es un elemento central en la novela».
Insularidad. El viaje interior de un corredor, escrito por Ralph del Valle, resultó finalista del Premio Desnivel de Literatura en 2014 no porque fuese un libro que habla de correr, de las sensaciones que produce correr y de todo lo físico que rodea correr —calambres, lesiones, esfuerzo (también habla de correr)—. Sobre todo fue seleccionado porque habla de lo que nos remueve a la mayoría. Se mete en tu interior. En aquello que, en un pedazo grande o minúsculo, llevamos dentro. «Es curioso observar desde la distancia (seis años ya desde el premio y siete desde su escritura) cómo algo que no pretendías que fuera literario se convierte en tu obra más sincera y directa», nos confiesa su autor, «cuando arranqué Insularidad solo trataba de hacer un diario de fragmentos, rascando motivos de por qué estaba haciendo lo que estaba haciendo. Y terminó por ser una crónica de cómo me salvé mediante una acción (correr) y una reacción (enamorarme). Quizá debería aprender la lección de Insularidad: bajar la guardia, olvidarme de ESCRIBIR, así con mayúsculas, pretender hacerme el importante, y concentrarme en lo minúsculo, en los detalles, y en la absoluta casualidad de todo esto».
Nunca había corrido y de pronto sintió la llamada de calzarse unas zapatillas y hacerse preguntas y de ahí nació Insularidad. Una emocionante ventana a una historia intimista de huida y redención que reflexiona sobre cómo la pérdida y la derrota pueden transformarse en camino y esperanza. Una historia real que habla, en primera persona, con profundidad y humor sobre la vida mientras el cuerpo suda, las piernas se acalambran y el corazón golpea fuerte.
Desde entonces, Ralph ha seguido escribiendo y explorando nuevos caminos, siempre arriesgados, profundos y singulares. Entre ellos el embarcarse junto con otras socias en el proyecto de recuperar y rejuvenecer la mítica librería de Alicante 80 Mundos. «Hemos recibido el Premio Librería Cultural 2019 de CEGAL, lo que es un espaldarazo tremendo para la labor que estamos haciendo. Programamos (confinamiento mediante) 300 actividades en un año, y hemos creado una comunidad cultural que participa y da sentido a nuestro proyecto».
Con la gran esperanza que respiran todos los proyectos de este autor os proponemos sumergiros en el ritmo de las zancadas sobre la nieve, el latido de la búsqueda de la luz, el sonido de las reflexiones que nos unen porque son de esas que a todos nos atañen. De un escritor que corre. ¡Encontrad vuestro fuego y mandádnoslo antes del 15 de junio! Haced caso a Ralph:
«Decía Galeano que todos los hombres somos un fuego pequeño y que la humanidad es la suma de todos los pequeños fuegos… este era mi fuego y pensé que tenía que escribirlo».