Ellas firman y protagonizan maravillosas historias. La fuerza de las mujeres… tejiendo lo invisible… una cuerda, un estilo de vida, una estrella, grandes personas que inspiran… El lugar de la mujer en la historia de las montañas, la palabra de la mujer en las historias de montañas.
Relatos de grandes alpinistas y exploradoras como Chus Lago, Tamara Lunger, Elizabeth Revol, Lynn Hill, Catherine Destivelle, Wanda Rutkiewicz…, las experiencias de las pioneras en el montañismo pirenaico; desde Rosalie Ramond hasta Alice Prévost, aquellas que en tiempos extraños se atrevieron a habitar lo inexplorado. O Miriam García Pascual (1963-1990), viajera, escaladora y escritora que con su hermoso libro Bájame una estrella consiguió crear (ya desde las estrellas) una lectura de culto para todo aquel que ame las montañas y la poesía. En Desnivel las aventuras y retos están a la orden del día, como el sueño de unas cuantas de hacer deporte en los siglos XIX y XX plasmado en Prohibidas pero no vencidas.
O tantas aventuras literarias escritas por mujeres que han ganado el Premio Desnivel de Literatura:
Yo sé por qué te escondes aquí, El espejo de hielo, Horologium, Mi Montaña, Andando la vida, Cuentos de las montañas de cuento, Mujeres y montañas y Cuerdas rebeldes.
Además de todo el legado en forma de biografías y recopilaciones de la maravillosa escritora y editora Bernadette McDonald. O pequeñas joyas sueltas, escritas por mujeres, que dan color, humor y alegría a nuestro fondo editorial entre ellas: Un extraño en los Alpes o Cartografías nómadas , o una maravilla para los amantes de las aventuras en bici: Expedición Cabo Norte.
Porque hoy es el día de celebrar a las mujeres, y por mucho más, queremos hacer un pequeño reconocimiento a lo que representa la aventura de las propias mujeres innovadoras y transgresoras y desobedientes encordadas para crear nuevos modelos de vida y escribir nuevas historias. Y como homenaje aquí recogemos las palabras de algunas de ellas.
Que sirvan de festejo, de brindis, de baile, de sacudida.

FREE CLIMBER. UNA VIDA EN EL MUNDO VERTICAL
Lynn Hill y Greg Child
«Lynn Hill hizo añicos las convenciones, las líneas escritas sobre lo que significaba ser escaladora o escalador, lo hizo además con consciencia y determinación y esos pedacitos reconstruyeron un nuevo mundo de rocas en el que nos podemos mover más libres».


Chus Lago
«Y es justo esa fugacidad, ese brillo visto y no visto, lo que separa a un diamante de un cristal de hielo, donde anida todo su valor, la intensidad que aprendí a retener».
Anina Aniway y Pablo Calvo
«Su rodilla era la última pieza del efecto dominó que los había sentado en torno a aquella hoguera repleta de historias. Recordó que la suerte era una cuestión relativa: si hubiese tenido la buena suerte de no sufrir ninguna lesión, Héctor y María habrían seguido su camino sin encontrarles jamás. Y eso sí que habría sido mala suerte: mala de verdad».


LA HISTORIA DE WANDA RUTKIEWICZ. EN LOS LÍMITES DE LA VIDA
Anna Kaminska
«Lo que más le molesta a la gente es que arriesguemos la vida por algo que les parece completamente inútil, que no le hace falta a nadie. Pero ¡quizá sí es necesario para los que lo hacen! Quizá sencillamente lo necesitan para vivir».
LA HISTORIA DE MISS HAWLEY. LA GUARDIANA DE LAS MONTAÑAS
Bernadette McDonald
«A lo largo de los diez días que pasé con Elizabeth Hawley, aprendí mucho sobre su insaciable interés por la política y la historia, su fe en la buena educación, sus prolongados viajes por todo el mundo, sus eclécticas amistades, su sólida ética del trabajo, su extravagante sentido del humor, y por supuesto, su profundo conocimiento de la escalada en el Himalaya. Kurt Diemberger me dijo en cierta ocasión: “Estoy convencido de que si algún día abriera la boca, narraría un libro entero de historias sobre los montañeros… Espero que haga eso por ti”. Y Elizabeth lo hizo. Me contó sus historias».


VIVIR. MI TRAGEDIA EN EL NANGA PARBAT
Elisabeth Revol
«Estoy convencida de que el alpinismo me permite vivir mejor en sociedad. Para mí, la vida en el llano es a veces una pesada carga. En cierto sentido soy tal vez asocial o antisocial. En todo caso, las bocanadas de oxígeno que atesoro en las montañas son las que distienden mi relación cotidiana con el mundo. Es mi punto de equilibrio».


Eider Elizegi
«Ya mi Montaña se ha adueñado de mí.
Ya formo parte de ella.
Ya pertenezco por entero a mi Montaña.
Para siempre».
YO SÉ POR QUÉ TE ESCONDES AQUÍ
María R. Bajo
«La audacia en la montaña queda ahí, en la montaña, porque la osadía en la vida a veces consiste en aprender a perdonar a quien nos hizo daño, en sostener la mano que irremediablemente se nos va, en acompañar el dolor, en reconocer nuestros límites».
