Más de doscientas personas se dieron cita el pasado 29 de noviembre en el Centro Cultural Alfredo Kraus de Madrid para celebrar la Gala de Montaña que la FMM viene organizando desde hace doce años cuando el invierno se aproxima. La entrega de premios a los deportistas que se han subido a los podios de la Copa Comunidad de Madrid de Carreras por Montaña y de otras competiciones nacionales e internacionales, es una buena excusa para reunir a la sociedad montañera de la Comunidad de Madrid.
Un aparte merece la entrega de los premios a las mejores actividades alpinísticas y de escalada llevadas a cabo por deportistas federados en la FMM que este años recayeron en Alberto Rocasolano en la categoría de escalada deportiva y bloque, en José María Andrés de la Torre, en la categoría de escalada en pared; en Carlos Rubio y Mariano Domingo por la mejor actividad de alpinismo en Europa; y en Ángel Luis Salamanca y Jorge Martínez por la mejor actividad en la categoría de alpinismo fuera de Europa e Himalayismo. Estos premios van acompañados de un cheque de entre 500 y 1.500 euros.
El acto es también una ocasión de reconocer públicamente el trabajo de personas y clubes implicados en la promoción de los deportes de montaña. Así, se reconoció el trabajo del club Tierra Trágame en la organización de las pruebas de carreras de montaña, y a los clubes Amadablan, Montañeros Sordos de Madrid y Majalasna por su participación en la organización del Día Autonómico del Senderismo 2016.
Como cierre de la Gala se entregaron las placas especiales a Emilio López-Higueras, nuevo director de la Escuela Madrileña de Alta Montaña (EMAM); a Miguel Ángel Martín, por su compromiso en el lanzamiento de la formación de técnicos de la EMAM; y la ya citada a Darío Rodríguez. El Mosquetón de Oro de este año le correspondió al nonagenario Félix Méndez, historia viva del montañismo español. Félix Méndez fue presidente de la Federación Española de Montañismo (FEM) desde 1962 a 1970 e impulsor del Grupo Nacional de Montaña Durante su presidencia se formaron las federaciones territoriales y los grupos de socorro en montaña, y se construyeron, entre otros, los refugios Elola, en el circo de Gredos, y Góriz, en Ordesa.