Diemberger es, además del único alpinista vivo que ha coronado dos ochomiles vírgenes, el Broad Peak, en 1957, y el Dhaulagiri, en 1960, uno de los expedicionarios más conocidos. En 1986 perdió a su compañera Jullie Tullis y a otros de sus compañeros en un trágico accidente en el K2, al verse atrapada a 8.000 metros de altitud la expedición en la que participaban por una tormenta de nieve. Diemberger sobrevivió, aunque perdió varias de las falanges de sus dedos.
Pero la celebridad le venía al austriaco de lejos. Ya antes, Diemberger se había labrado una cierta reputación en su propia tierra escalando en roca vías de cierta dificultad, como la norte del Cervino (1956), la Eigerwand (1958), la Walker (1958) o la Integral de Peutérey, filmando además esta última con Franz Lindner, cinta que gana el Festival de Trento en 1962.
Un grande del Himalaya

Pronto da el salto al Himalaya, y además de «los dos vírgenes», se apunta el Chogolisa, donde fallece su amigo Herman Buhl, el Makalu, el Everest, el G2, el Broad y, finalmente, el K2. Desde la tragedia, que ya pilla a Diemberger con 54 años, éste disminuye su actividad alpinística, aunque vuelve al Himalaya en diversas ocasiones, algunas de ellas con intenciones científicas. Entre 1991 y 1992, participa en dos expediciones catalanas al Broad, en las que se realiza la primera ascensión de la cara este.
En definitiva, Diemberger es un «grande» de la montaña. Con Desnivel ha publicado dos libros: Entre 0 y 8.000, donde narra sus experiencias alpinísticas y K2. Nudo infinito, un clásico de la literatura de montaña, donde el austriaco cuenta su trágica experiencia en la montaña chino-paquistaní. La proyección que Diemberger ofrecerá esta tarde en la Librería Desnivel (19:00 h, Plaza Matute, 6. Tlf. 902 24 8848) llevará el mismo título.