El 3 de junio debe de ser una fecha propicia en la astrología del alpinismo. Mientras en los alrededores de París, Robert Paragot celebraba su 11 cumpleaños y en Ljubljana todavía faltaban catorce años para el nacimiento de Viki Groselj, en la ciudad austriaca de Graz nacía Hanns Schell. Corría el año 1938 y aquel hijo de un empresario desarrolló desde la infancia una inclinación natural por la montaña y el alpinismo que terminaría dando sus mejores resultados en las grandes montañas del Himalaya y el Karakórum.

Mientras sus compatriotas de una generación anterior a la suya completaban la conquista de los ochomiles, Hanns Schell se subía a su primer cuatromil en el Bernina. No tardó mucho en cumplir su sueño de viajar al Karakórum y en 1964 ya realizó allí la primera ascensión del Momhil Sar (7.343 m) junto con Rudolf Pischinger, Horst Schindelbacher, Leo Schlömmer y Rudolf Widerhofer.

Empresario y coleccionista
El año 1965 fue clave para Hanns Schell. A pesar de que fue el único año entre 1963 y 1968 en que no tuvo ningún hijo (es padre de seis), desde la perspectiva profesional se enroló en la compañía del sector industrial propiedad de su padre, Odörfer, que terminaría dirigiendo, expandiendo y legando a su hijo.
Y en el ámbito personal, aprovechó un viaje a Isfahán y Teherán para comenzar una colección de candados y llaves que terminaría siendo la génesis del museo privado Schell Collection, que hoy en día exhibe más de 13.000 objetos en unas instalaciones de 2.500 metros cuadrados. Hanns Schell, retirado de la actividad como empresario, todavía se dedica a la dirección del museo.
Sietemiles y ochomiles
Prácticamente cada año entre mediados de los sesenta y mediados de los ochenta, Hanns Schell llevó a cabo una expedición a las grandes montañas de Asia. Fueron cayendo en su palmarés las primeras absolutas de otros cuatro sietemiles: el Akher Chioh (7.017 m) en el Hindu Kush con Rainer Göschl en 1966; el Diran (7.266 m) en el Karakórum con Rainer Göschl y Rudolf Pischinger en 1968; el Malubiting (7.458 m) en el Karakórum con Horst Schindelbacher, Kurt Pirker y Hil Sturm en 1971; y el Urdok I (7.250 m) en el Karakórum con su mujer Liselotte Schell, Robert Schauer, Herbert Zefferer y Karl Hub en 1975.
Además, intentó once de los catorce ochomiles. Curiosamente, no logró ascender ninguno de los seis que intentó en Nepal (Everest, Lhotse, Manaslu, Makalu, Annapurna y Kangchenjunga) y en cambio sí pudo subir a tres ochomiles de Pakistán (Gasherbrum I, Nanga Parbat y Gasherbrum II) y un cuarto en el Tíbet (Shisha Pangma).
Nueva ruta en el Rupal
La ascensión por la que Hanns Schell será recordado es la apertura que llevó a cabo en la vertiente del Rupal del Nanga Parbat en 1976, con Hil Sturm, Robert Schauer y Siegfried Gimpel. La pared del Rupal está considerado el muro con mayor desnivel del mundo, debido a los 4.500 metros que asciende desde las praderas de su base en la vertiente sur de la montaña.
Como líder de la expedición, Hanns Schell decidió intentar una ruta que ya había recibido varias tentativas anteriores y que incluso era conocida como Ruta Kinshofer, pues así la bautizó el histórico Karl Herrligkoffer tras explorarla con Toni Kinshofer (el alemán que completaría la primera ascensión de la vertiente Diamir en 1962) en uno de sus intentos fallidos.
Algunos consideran que esta ruta podría ser la menos expuesta y menos difícil de escalar de una montaña que no tiene rutas fáciles… El problema es que es larguísima, en especial en su parte más alta, con una larga travesía que obliga a pasar muchas horas en la zona de la muerte. De todos modos, se ha convertido en la ruta preferida por los pocos que ascienden el Nanga Parbat desde el sur, y cuenta con diversas variantes entre las que figura la que trazaron Òscar Cadiach y Jordi Magriñà en 1984.
Los austriacos de Hanns Schell afrontaron la ascensión con una estrategia ligera. Llegaron al C4 (7.450 m) el 8 de agosto y todavía necesitaron otros dos vivacs a 7.700 m (9 de agosto) y 8.020 m (10 de agosto) para terminar haciendo cumbre (8.125 m) el 11 de agosto. Muy tarde esa misma madrugada regresaron al C4. Su determinación y estilo les valieron los elogios de Reinhold Messner –la calificó como “obra maestra de Schell”–, quien había llevado a cabo la primera ascensión absoluta del Rupal a través de una ruta directa en 1970 junto con su hermano Günther, fallecido en el descenso por el Diamir.
A partir de entonces, la ruta cambió de nombre para adoptar el del Ruta Schell con el que se la conoce actualmente.
Otras montañas
La pasión de Hanns Schell por las montañas no se circunscribió solo al Himalaya y el Karakórum. El austriaco aseguraba haber escalado 5.000 montañas a lo largo de su vida. Entre ellas, también se cuentan el Aconcagua, el Denali o el Mt. Logan en el continente americano.
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