
Una vez más las vacaciones se escapan demasiado pronto; pero algo bueno tendrá; vuelven los actos a la Librería Desnivel. Y para empezar el año, hoy miércoles 10 de enero será presentado el libro Escalad, escalad malditos, de Álvaro Osés Arbizu, quien ya ganara el Concurso de Literatura Desnivel en 2003 gracias a su Centinela de piedra. Será, como siempre, a las siete de la tarde y nos acompañarán algunos de los protagonistas de esta nueva entrega de Álvaro, tales como Paco Aguado, Jesús Gálvez, y Francisco Caro Mogoteras, entre otros.
El libro es un repaso por todos aquellos hombres que cruzaron las líneas de lo lógico en su momento, aquellos que rompieron una convención de su tiempo y se lanzaron a la improvisación, la aventura desconocida o el puro riesgo de complicar las cosas. Solitarias al Himalaya, vías inverosímiles en rocas olvidadas, o excepcionales demostraciones de que cualquiera puede, con un poco de iniciativa, sorprender a propios y extraños con un hecho insólito o esforzado. Verbigracia. La Me cago en Dios en la Pedriza, vía abierta por Jesús Gálvez en una de sus gestas pétreas.
¿Cómo ves la literatura de montaña? ¿Aún esta lejos de alcanzar la calidad de otros géneros?
Calidad hay de sobra, si no, tenemos como ejemplo Nanga Parbat, el primer premio Desnivel. Otra cosa es que en España estemos en pañales pues hay poca literatura de montaña y mucho menos de ficción. Fuera de aquí hay más donde elegir pero tampoco es para echar campanas al vuelo, yo creo que falta una novela de referencia o una película que suponga lo que La diligencia de Jonh Ford al género del western, o un Joseph Conrad para el género de novelas del mar.
Creo que está por llegar el libro de montaña que traspase el pequeño círculo de aficionados y lo haga convertirse en un género mayor y conocido, tanto en libros como en películas. Esta circunstancia debería ser un buen acicate para todos los montañeros y escritores. Además, la montaña, como el amor y la guerra, saca lo mejor y lo peor de los humanos, hay aventura, pasión, amistad, tragedia, paisajes y culturas exóticas, lo tiene todo para hacer una trama apasionante y muy real.
¿Qué relación tenías con el alpinismo o la aventura?
Desde los catorce años he practicado montañismo, más adelante hice incursiones en el alpinismo hasta que en el 2000 subí el Aconcagua y este hecho alumbró mi primer libro. Últimamente (ya con treinta y muchos) me he aficionado también a la escalada en hielo y a la deportiva.
¿Prefieres imaginar o experimentar?
En la literatura imaginar y en la montaña experimentar, por supuesto.