Tal día como hoy, el 29 de julio de 1998, desaparecía en el Broad Peak el alpinista francés Éric Escoffier. El país vecino quedaba huérfano de uno de sus alpinistas con más talento, uno de los precursores del speed climbing, que desarrolló tanto en los Alpes como en el Himalaya. Entre sus gestas, despuntan las ascensiones que enlazó a los dos Gasherbrums y al K2, en tan solo veinte días de 1985.

El autor de su biografía, Jean-Michel Asselin, realizaba la siguiente analogía con un famosos spaghetti-western de los sesenta para ilustrar el aura de enfant terrible que rodeó a Éric Escoffier, que vivió cierta rivalidad montañera con otra leyenda de la época como Christophe Profit: “Si Profit era ‘el Bueno’, [Jean-Marc] Boivin era ‘el Feo’ y Escoffier era ‘el Malo’”, escribía Asselin.
De la deportiva a los Alpes
Éric Escoffier nació en 1960 en L’Arbresle, cerca de Lyon. A principios de los ochenta, destacó en los inicios de la escalada deportiva y se codeaba en la roca francesa con otras figuras de aquellos tiempos como Patrick Edlinger.
En los Alpes, destacó por realizaciones rápidas y muchas de ellas sin compañeros, como la primera en solitario del Supercouloir al Tacul, las primeras invernales al Pilier Dérobé y al Hypercouloir también al Freney, o la Eslovena a las Grandes Jorasses en el día. Entre sus liberaciones, figuran la Bonatti al Capucin, la Directa Americana al Dru y la sur clásica de la Fou.
De sus encadenamientos, sobresalen el de 1982 en el Dru con Lacroix: la Directa Americana y el Pilar Bonatti en el día. O el del invierno de 1983 en solitario: el Pilier d’Angle y el Pilier de Freney, descendiendo por la Brenva. O el de 1984, de nuevo con Lacroix: la Directa Americana y la Walker, desplazándose en ala delta. O el del invierno de 1985: el Croz y la Walker, con descenso en ala delta.
Estrella en el Himalaya
Todas aquellas ascensiones rápidas, comprometidas y técnicas en los Alpes lo condujeron a plantearse nuevos desafíos en los ochomiles. En 1985, a los 25 años de edad, marcó un récord inconcebible al ascender los dos Gasherbrums y el K2 en veinte días sin oxígeno, algo que solamente Nirmal Purja pudo mejorar durante su desafío del año pasado (eso sí, tirando de oxígeno).
El francés se plantó en el campo base de los Gasherbrums el 1 de junio, y alcanzó la cima del Gasherbrum II con Benoit Chamoux el día 15, escalando en ensamble desde 7.200 m. El 21 de junio, Éric Escoffier partía desde el C1 (5.900 m) hacia la cima del Gasherbrum I, que alcanzaba de nuevo con Benoit Chamoux (que había salido un día antes y vivaqueó a 7.200 m). Regresó a ese C1 tan solo 21 horas después de haberlo dejado.
A continuación, el 24 de junio Éric Escoffier se trasladó al campo base del K2 para integrarse con la expedición de Daniel Lacroix. Tras descansar diez días, inició su intento el 4 de julio, junto con Lacroix, Jean-François Manificat y Stéfane Schaffer. Tras acampar a 6.800 m y 7.400 m, el 6 de julio partió hacia la cima con los suizos Erhard Loretan, Jean Troillet y Pierre Morand, que también estaban en la montaña, y firmó la primera ascensión francesa del K2. Mientras él descendía, al día siguiente, Daniel Lacroix desaparecía a más de 8.200 metros.
El año siguiente, ascendió también al Shisha Pangma.
Accidente de coche y desaparición en el Broad Peak
En 1987, Éric Escoffier tuvo un grave accidente de tráfico mientras conducía a toda velocidad por la garganta del Arly, que lo dejó hemiplégico del lado izquierdo. Invirtió años y fuerza de voluntad en su recuperación. En 1997, volvía a pisar cumbres importantes, como las del Cho Oyu, Elbrus, Kilimanjaro y Aconcagua.
Sin embargo, no regresó de su siguiente visita al Karakórum en 1998 para intentar el Broad Peak. Fue visto junto con su clienta Pascale Bessières por el polaco Piotr Pustelnik a unos 7.800 metros sobre la arista somital tras vivaquear la noche anterior en un agujero en la nieve en el collado. Soplaba un fuerte viento que se supone los barrió de la arista.
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