Rosa Fernández, la alpinista asturiana embarcada en la aventura de ser la primera mujer española en alcanzar las Siete Cimas, acudió a presentar su libro Mi Everest. En él, cuenta sus andanzas previas a la culminación de la cima, sus pasiones y deja entrever el gran espíritu de quienes aman éste, a veces deporte, a veces pasión.
La presentación corrió a cargo de César Pérez de Tudela. Nos ofreció palabras bucólicas y sentidas y su especial visión del montañismo y de la trascendencia espiritual y física que supone.
Habló de la realidad cambiante de la montaña, de la asimilación de la fuerza de la mujer en las ascensiones y su total competencia. Describió a Rosa como una persona interesante no sólo por su currículo (convencido, César, de la existencia de otras líneas superlativas que ponderar en la asturiana). Anhelo, sufrimiento, ilusión, miedo y euforia fueron los términos con los que Pérez de Tudela definió el alpinismo.
Continuó la presentación del libro con la proyección de un documental, grabado por la propia Rosa Fernández, en el que se plasma el acercamiento, la aclimatación, el entrenamiento y la ascensión al Everest. Pudimos ver emotivos momentos en el descanso, en el ataque y en los prolegómenos de la posesión de la cima. Y los niños. El especial encanto con que son tratados en las imágenes, en fotografías que son una contemplación exhaustiva de la belleza y el cariño con que Rosa los observa, destaca la dulzura de una mujer fuerte, de “Didi”, como Dawa la bautizó. Dawa, su compañero en la montaña, su seguro, su sherpa.
Cada día, un recuerdo

Tras eso se sucedió el turno de preguntas. Pudieron tratarse temas como la muerte de David Sharp (el inglés que falleció a 800 metros de la cima, sin ser socorrido por ninguna de las cerca de cuarenta personas que pasaron junto a él), la crisis de financiación que supone un viaje de esas características (Rosa llegó a realizar subastas con deportistas asturianos como Fernando Alonso) y detalles como la alimentación y subsistencia en Nepal, del que habla con un enorme afecto. Rosa demostró sin duda que ternura no le falta y que la aplica a cualquier aspecto.
Por último, el libro, supone el cuento del sueño de una vida, del ajuste de cuentas con una montaña que se le opuso y a la que firmemente regresó para hacerla suya, si eso es posible. Describe el éxito de una alpinista, de una persona y de un espíritu. El éxito de la soledad compartida.
Al final del evento, tuvimos la oportunidad de charlar con la protagonista, Rosa Fernández.