El dato es sorprendente e inesperado, pero no genera duda alguna. La cima del Annapurna Este está situada a 7.986 metros sobre el nivel del mar y no a 8.012 m ni a 8.026 m, las dos alturas que se le habían atribuido anteriormente. La cifra surge de la misión TanDEM-X del DLR (Centro Aeroespacial Alemán), cuyo objetivo es crear un mapa en 3D de toda la superficie de la Tierra con la máxima precisión.
Según cuenta el DLR en su página web, los datos globales se terminaron de recoger en enero de 2015, usando la técnica de radar interferométrico de apertura sintética (InSAR) a partir de las imágenes captadas desde dos satélites que orbitaron el planeta con una separación de entre 120 y 500 metros entre ellos. A continuación, se generó un Modelo Digital de Elevaciones, que se completó en septiembre de 2016.
El documentalista de los ochomiles Eberhard Jurgalski tuvo acceso a los datos y los ha trasladado a su página web 8000ers.com. Desde la perspectiva del alpinismo, han tenido especial relevancia los datos referentes al macizo del Annapurna, pues cierto número de sus cotas han presentado desviaciones (el Annapurna Central, por ejemplo, se queda en 8.013 m en lugar de sus anteriores 8.051 m u 8.064 m).
“Lo siento, pero es un hecho”, responde Eberhard Jurgalski ante las preguntas de Desnivel.com, “aunque de todos modos, la primera ascensión de este pico subsidiario fue un lindo desempeño en aquella época”.
¿Primer ochomil español?
Lo cierto es que la ascensión del Annapurna Este por parte de Josep Manuel Anglada, Jordi Pons y Emili Civís fue una gran demostración de la creatividad y capacidad del alpinismo español, que había dado un gran salto cualitativo y se presentaba ante la comunidad internacional con esa cumbre. El logro generó una enorme repercusión y fue acogido con respeto y admiración, tanto en España como fuera.
Como no podía ser de otro modo, esa ascensión se convirtió rápidamente en un hito dentro de la historia del alpinismo español y su influencia ha dejado huella en las siguientes generaciones de montañeros del país.
Que su altura se quede en 7.986 m habla más de lo relativas que a menudo son las cifras que del hecho en sí, pues ni el valor alpinístico de la ascensión, ni su repercusión, ni su influencia histórica van a desaparecer por esos catorce metros de menos. Quizás haya que asumir que el primer ‘ochomil’ español no alcanzaba los 8.000 metros.
La ascensión del Annapurna Este
El Annapurna Este o Annapurna Oriental fue ascendido por primera vez el 29 de abril de 1974, sin utilizar oxígeno suplementario. A las nueve de la noche de aquel día, Josep Manuel Anglada, Jordi Pons y Emili Civís alcanzaban la cumbre después de 23 horas de marcha desde el C5, situado a unos 7.490 m. A la luz de la luna, podían vislumbrar los perfiles de otros gigantes como el machapuchare, el Annapurna III o el Gangapurna.
La idea de intentar esta cumbre virgen había sido transmitida a Josep Manuel Anglada por Lionel Terray, que formó parte de la expedición francesa que realizó la primera absoluta de la cima principal en 1950. Anglada y Pons ya habían pisado las primeras cumbres españolas de un seismil (Huascarán, Perú, 1961) y de un sietemil (Istor-o-Nal, Hindu Kush, 1969), además de protagonizar las primeras nacionales a la cara norte del Eiger (1964) y del espolón Walker a las Grandes Jorasses (1967). Así pues, ir a por un ochomil casi parecía un paso lógico.
Siete toneladas de material, doscientos porteadores, seis sherpas y un equipo de alpinistas formado por Josep Manuel Anglada, Xavi Pérez Gil, Emili Civís, Jordi Pons, Antoni Villena, Manuel Martín, Mariano Anglada (médico), Enric Benavente y Eduardo Blanchard. A pesar de los problemas con los porteadores primero y con los sherpas después, la expedición superó todas las dificultades y progresó en la montaña sin descanso desde el mismo 4 de abril en que instaló su campo base.
Tres semanas después, instalaban el C4 a 7.150 metros el 27 de abril y ya no se detenían. Mientras Xavi Pérez Gil, Manuel Martín y Antoni Villena descendían tras haber ejercido de equipo de apoyo para ese C4, Josep Manuel Anglada, Jordi Pons y Emili Civís tiraban hacia arriba para instalar el C5 en una plataforma de nieve a 7.490 m.
El 29 de abril, se levantaron a las cuatro de la madrugada y se pusieron en marcha a las siete. No se dieron la vuelta a pesar de la nevada acompañada por una tormenta eléctrica que les pasó por encima a mediodía y al anochecer se hallaban a menos de cien metros de la cumbre. Necesitaron otras dos horas para escalar el couloir de nieve que los condujo a la cumbre.
El descenso nocturno no estuvo exento de momentos críticos. En la oscuridad, no fueron capaces de encontrar la tienda del C5 y a las cuatro de la madrugada tuvieron que detenerse un par de horas a la intemperie esperando el amanecer. A las seis hallaron por fin su refugio. El 2 de mayo regresaban al CB junto al resto de sus compañeros, que habían subido a recibirles, algunos hasta el C3 y otros al C1.
Los otros ochomiles españoles de los años 70
La primera expedición española registrada a un ochomil data de otoño de 1970 y fue precisamente al Annapurna, a cargo de Joan Martí, Manuel Martín, Jordi Matas y Alfredo Poveda, quienes se llevaron la primera absoluta –sin permiso– del Niligiri Este (6.698 m).
En 1973, Jaime García Orts organizó un primer intento al Manaslu, en el que participaron alpinistas como Salvador Rivas, Gerardo Blázquez, Jerónimo López, Luis Bernardo, Luis Méndez y un treintañero Carlos Soria, entre otros. Se tuvieron que retirar tras superar los 6.000 metros por el riesgo de avalanchas.
En 1974, un par de semanas después de que los catalanes completaran la primera al Annapurna Este, una expedición vasca liderada por Juan Ignacio Lorente realizaba un primer intento al Everest, en el que Felipe Uriarte y Ángel Rosen llegaron hasta los 8.530 m antes de que el viento les hiciera desistir.
En 1975, Jaime García Orts y los suyos regresaban al Manaslu para, esta vez sí, alcanzar la cumbre, que pisaron Gerardo Blázquez y Jerónimo López el 26 de abril, junto con Sonam Wolang Sherpa.
El año siguiente, el 24 de mayo de 1976, Jordi Camprubí pisaría la cumbre del Makalu junto con los checoslovacos Milan Krissak y Karel Schubert (este último desapreció en el descenso), como punta de lanza de una expedición manresana liderada por Josep Maria Montfort.
Tras un año sin expediciones a los ochomiles, un grupo de Terrassa liderada por Josep Piera viajó hasta el macizo del Kangchenjunga en 1978 para intentar el Yalung Kang. Finalmente, Narcís Serrat y Furi Sherpa alcanzaron los 8.410 m de una cima subsidiaria menor en la arista del Kangchenjunga Central.
Antes de terminar la década, en 1979, todavía hubo tiempo para la primera nacional al Dhaulagiri, realizada por una expedición navarra liderada por Gregorio Ariz. Iñaki Aldaya, Francisco Javier Garayoa, Gerardo Plaza, Jordi Pons y Ang Rita Sherpa pisaron la cumbre el 12 de mayo.
Esta es la lista de cumbres a ‘ochomiles’ españoles durante los años ’70:
- 1974: Annapurna Este (7.986 m), por Josep Manuel Anglada, Jordi Pons y Emili Civís.
- 1975: Manaslu (8.163 m), por Gerardo Blázquez y Jerónimo López.
- 1976: Makalu (8.485 m), por Jordi Camprubí.
- 1979: Dhalagiri (8.167 m), por Iñaki Aldaya, Francisco Javier Garayoa, Gerardo Plaza y Jordi Pons.
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Es curioso que si buscas por internet a nivel internacional no se menciona para nada la primera ascención del Anapurna Este por los catalanes. Se mencionan otras fechas y otros escaladores de todas las primeras cimas I II III y IV del Anapurna.
Y no dice nada de los españoles, salvo a nivel nacional.
Alguien sabe el motivo de esto?
Gracias.
Quizás con un castells de 50 llegan a los 8,000…