La actividad montañera trasciende lo meramente deportivo. En estos tiempos en los que el deporte se ha metido hasta el corazón mismo de la montaña y la gente que entrena en ella se cuenta por millares, un libro intenta entender -y explicar- de dónde venimos y hacia dónde vamos en cuestiones alpinística. Eduardo Martínez de Pisón y Sebastián Álvaro vuelven a las librerías con la reedición de ‘El sentimiento de la montaña’, un volumen de referencia que repasa el legado de los mejores alpinistas pero también de literatos, poetas, músicos, pintores, documentalistas y fotógrafos vinculados a las rocas.
“La montaña es un museo y una biblioteca. El mundo de alpinismo es ingente y está lleno de páginas sensibles, filosóficas, psicológicas y estéticas. [Nuestro trabajo ha sido] compilar todo eso y hacerlo manejable para que no esté disperso en revistas y bibliotecas”, explica Eduardo Martínez de Pisón. “Se trata de seleccionar y dejar constancia de los acontecimientos más significativos y jerarquizarlos. No solo eso, también hay que tomar posición y comprometerse desde la reflexión para decir qué te parecen las cosas y qué claroscuros pueden tener”.
El montañismo ha estallado y lo han invadido otras actividades que se han metido en la montaña para utilizarla como escenario o como cancha.
El libro repasa los doscientos años de historia del alpinismo y dedica un nuevo apéndice a analizar lo que ha ocurrido en el pasado cercano. Lo explica Eduardo Martínez de Pisón: “Hemos recuperado lo que ha ocurrido en los últimos quince años y hemos hecho un balance de lo bueno, lo malo y las tendencias. Eso nos ha llevado a una consideración nueva: el montañismo ha estallado y lo han invadido otras actividades que se han metido en la montaña para utilizarla como escenario o como cancha. Hay que reflexionar sobre ello y saber si eso es montañismo o si no lo es, tener una actitud ponderada. Es fácil decir sí o no, pero no todas las cosas son blancas o negras, hay que sopesar. Hemos procurado desgranarlo y decirlo en un lenguaje claro”.
En concreto, el libro toca temas como la masificación del Everest o del Aconcagua. “La montaña es una llamada a la soledad y a la belleza, por eso cuando la cambian se desnaturaliza, y con ella el sentimiento” cuenta Sebastián Álvaro en la entrevista para repasar después, junto a su amigo, algunas expediciones solitarias que han compartido. “Hay montañas que tienen el precio de la fama y a ellas acude mucha gente y hay otras a las que no va nadie, y son grandes y extensas”, recuerda Eduardo Martínez de Pisón.
«Cuando la soledad está amenazada por todos los lados, hasta por el Whatsapp, la montaña es un lugar donde perderse»
“El sosiego, la belleza y la soledad son un ingrediente. Si se pierde la soledad, se pierde un valor. La montaña ha sido el lugar remoto a lo largo de mi vida y eso es una ventaja, sobre todo hoy. Cuando la soledad está amenazada por todos los lados, hasta por el Whatsapp, la montaña es un lugar donde perderse en el sentido positivo”, confiesa.
Sebstián Álvaro hace un apunte: “También hemos tratado de meter ese tipo de cosas más polémicas como la comercialización de Everest, que se ha convertido en el circo de las vanidades con todas esas cosas que no nos gustaría ver en montaña: prohibiciones, policías en el campo base, helicópteros que tratan de salvar la cascada de hielo”. Tras esta reflexión, pronostica que en un futuro cercano habrá gente que hará cumbre en el Everest en un día si recurre a sherpas y helicópteros que les ayuden a salvar todos los obstáculos.
También hay un hueco para “personajes tan carismáticos como el corredor Kilian Jornet”
Además de estos temas, el libro también repasa los personajes más destacados de los últimos años: “Hemos recogido la última generación de grandes escaladores en roca como Chris Sharma, las últimas realizaciones como las del desaparecido Tomaž Humar o del suizo Ueli Steck”, cuenta Sebastián Álvaro. Por supuesto, también hay un hueco para “personajes tan carismáticos como el corredor Kilian Jornet” y para hablar de la reconversión de los refugios y del turismo de montaña.
Todos estos temas dan forma a un libro que trata la montaña no solo como un hecho físico, deportivo o económico, sino como un sentimiento. “En estos tiempos de cierto relativismo moral, ‘El sentimiento de la montaña’ marca una ética de comportamiento”, matiza Sebastián Álvaro. Y añade: “En el libro no hemos puesto nada que haya sucedido por casualidad. Es un libro bello de esos antiguos que te gusta hojear, igual que se va de vez en cuando a los museos a ver cuadros que ya conoces”.
Qué reflexión, qué profundidad:»la montaña no es sólo un hecho físico, es un sentimiento». No sé si aguantaré hasta poder leerlo.