¿Quién no conoce la edelweis, la flor de las nieves? Esta característica y rara flor que representa por sí sola a las montañas, en nuestro país solo se encuentra en unos contados rincones de la cordillera pirenaica, por lo que su recolección está prohibida y multada. Pero parece ser que no es la depredación turística el principal problema de esta emblemática flor y de otras bellas plantas de montaña.
Según un estudio realizado dentro del Programa de Investigación Global de Ambientes Alpinos, GLORIA, por sus siglas en inglés, las plantas de montaña están seriamente amenazadas por el aumento de la temperatura. El aumento promedio de temperatura en el último siglo se estima en 0,8 grados centígrados en el mar y un grado en tierra. Pero en las montañas, el impacto del calentamiento global ha sido particularmente fuerte. La simbólica edelweis, por ejemplo, podría ser solo un recuerdo en solo veinte años en nuestras montañas donde ya están alcanzando su techo.
«Las plantas de montaña están muy especializadas para sobrevivir en condiciones extremas a gran altitud. Por eso no son buenas a la hora de competir con otras especies. Actualmente están siendo arrinconadas por plantas de sitios más bajos que conquistan terreno a mayores altitudes debido al aumento en la temperatura», asegura Michael Gottfried, uno de los autores del estudio. «Sabíamos que encontraríamos algunas plantas adaptadas a temperaturas más altas a nuevas altitudes, pero nunca esperamos hallar un cambio tan grande en un período de tiempo tan corto», señaló Gottfried.
El estudio, publicado en la revista Nature Climate Change, evaluó datos de diez sitios montañosos en Europa y es el más amplio efectuado hasta ahora. «Otros estudios regionales habían establecido un vínculo entre el aumento de temperatura y el cambio en las poblaciones de plantas alpinas, pero ésta es la primera vez que se confirma este impacto en una escala continental».
La pérdida de biodiversidad podría ser especialmente grave en Sierra Nevada en España, según el estudio ya que un gran porcentaje de sus especies son endémicas, es decir, no se dan en ningún otro lugar del planeta. “Muchas de estas especies ya están cerca de la cima de las montañas más altas y tienen muy poco espacio para escapar. Están en peligro», asegura Gottfried.
«Podemos usar aire acondicianado en nuestras casas si sube la temperatura, pero no se puede hacer lo mismo en cadenas montañosas. Probablemente se podría frenar los peores efectos del calentamiento global en las montañas, pero el tiempo que tenemos es cada vez más reducido. Sólo tenemos 10 o 20 años para actuar» augura el autor del estudio.