La industria del outdoor en Estados Unidos se ha rebelado contra el giro político en su país en temas de protección medioambiental a raíz de la constitución de la nueva administración Trump. Importantes marcas como Patagonia, Arc’teryx, Polartec o Metolius ya han tomado cartas en el asunto y han hecho públicas medidas concretas para presionar a los políticos, generando un terremoto en lo económico y social.
Amenaza contra un espacio protegido
Este episodio comenzó con la firma de una resolución por parte del gobernador del estado de Utah, Gary Herbert, solicitando al nuevo presidente que rescindiera la declaración de Monumento Nacional para las zona de Bears Ears. Las más de 500.000 hectáreas del sudeste del estado bajo protección contienen un amplio abanico de recursos naturales, culturales e históricos alrededor de dos de las típicas mesas de la zona.
Su designación, solicitada por primera vez en la década de 1930, fue una de las últimas medidas aprobadas por Barack Obama, el 28 de diciembre de 2016, de acuerdo con una coalición de cinco tribus de nativos americanos (navajo, hopi, ute, ouray y zuni) cuyas raíces están relacionadas con ese territorio y atendiendo la petición de la comunidad local. Además, también es un espacio propicio para actividades al aire libre, entre ellas la escalada, que se practica en lugares tan reconocidos como Indian Creek.
Las críticas del gobierno de Utah a la posible protección de Bears Ears primero y al nuevo Monumento Nacional después, fueron feroces y han culminado con la citada amenaza de cancelación.
Presión económica
Ante esta situación, la marca Patagonia, fundada por el escalador Yvon Chouinard, salió al paso para defender el medio ambiente y anunció que se retiraba de las próximas ediciones de la feria Outdoor Retailer, que se celebra dos veces al año en Utah. Su presidenta, Rose Macario, lo justificaba «debido al entorno hostil que han creado y su obvia desconsideración por el Monumento Nacional Bears Ears y otras tierras públicas, que son la columna vertebral de nuestro negocio«.
Siguiendo el camino marcado por Patagonia, otras grandes marcas del sector han anunciado también que desisten de asistir a la Outdoor Retailer. Entre ellas figuran firmas como Arc’teryx, Polartec o Metolius.
En su medida de presión, las marcas especifican que sólo se plantearían regresar a la feria si el gobierno de Utah modifica su política o bien si los organizadores cambian de estado. En este sentido, la dirección de la Outdoor Retailer ya ha anunciado que ha comenzado a estudiar propuestas para trasladarse a otros lugares a partir de 2018 (Las Vegas y Chicago ya se habían postulado anteriormente), una vez expirado el contrato actual con Utah. La feria se ha celebrado allí desde el año 1996 y se estima que supone una inyección directa de 45 millones de dólares anuales para las arcas del estado.
