Los organizadores del Tenerife Walking Festival hicieron un cálculo de los gases contaminantes que se habían generado con motivo las dos ediciones anteriores y les salieron unas 270 toneladas de dióxido de carbono producidas por el transporte, el gasto en aire acondicionado, las noches de hotel y el consumo de gas, electricidad y papel. Así que decidieron hacer algo para contrarrestar la citada contaminación –lo que se llama “huella cero”–, y ese algo ha sido una campaña de reforestación en una parte de la isla.
Así que con la organización de Turismo de Tenerife y la participación de varias organizaciones medioambientales y juveniles se plantaron madroños y naranjos salvajes en el Monte de La Esperanza, tras lo cual todos se fueron a hacer una excursión de una hora en el curso de la cual varios técnicos del Servicio de Planificación y Proyectos Forestales del Área de Medio Ambiente del Cabildo fueron disertando de la importancia de las reforestaciones y la necesidad de respetar el medio ambiente.
El Tenerife Walking Festival, en colaboración con el Cabildo y los ayuntamientos, realizará durante todo el año una serie de actividades dirigidas a proteger el medio natural de la isla, como la recogida de basura en el mar, la formación medioambiental a empresarios turísticos y la limpieza de los senderos, unas acciones que, como reconoció el consejero de Turismo del Cabildo, Alberto Bernabé, convierte all Tenerife Walking Festival en un “evento que es ya un modelo a seguir no solo como referencia del senderismo por sus recorridos y actividades paralelas sino también por esa conciencia de responsabilidad con el entorno».