Entrenamiento para el nuevo alpinismo es un manual de casi 450 páginas firmado por Steve House y Scott Johnston con información, consejos, planes y cientos de matices para ser un alpinista competente. En medio de datos sesudos, alguna recomendación que parece sencilla, aunque lo verdaderamente fácil es que se te olvide. El descanso es una parte crucial del entrenamiento y puede descabalar nuestra preparación si no lo tenemos en cuenta. Lo explica el entrenador francés Christophe Moulin con un caso personal:
Tengo cincuenta y cuatro años y llevo haciendo alpinismo desde que tenía catorce. Cuando tenía veintipocos, pasaba mucho tiempo en fiestas y clubes nocturnos. Cuando no estaba de fiesta, escalaba con mi hermano. Cuando íbamos a escalar, nuestros tiempos eran el doble o el triple de largos de lo que indicaba la guía para la escalada en cuestión. Con frecuencia, regresábamos al valle tarde y agotados.
Entonces leí un libro sorprendente que me cambió la vida: Séptimo grado, de Reinhold Messner. A partir de ese día comencé a entrenarme. A medida que mi forma física fue mejorando, mis días en la montaña se fueron volviendo cada vez más fáciles.
El resultado de todo ese sobreentrenamiento fue perjudicial
En 1993 hice junto a Patrick Berhault, Gérard Vionnet y Michel Fauquet un intento al pilar Sur del Nuptse, y yo estaba en una forma física excelente. En Francia, el día anterior a que viajáramos hacia el Nuptse, salimos a hacer una última carrera de entrenamiento. El resultado de todo ese entrenamiento, de hecho, sobreentrenamiento, fue perjudicial. Nuestro campo base estaba situado a 5.100 metros. Patrick únicamente tardó tres días en regresar a Francia. Yo me pasé la semana entera durmiendo, o tratando de dormir, con el dolor de cabeza más espantoso que pueda imaginarse.
Mientras yo sufría en el campo base y con Patrick camino de regreso a Francia, Michel se estaba encargando de acarrear nuestro material a la base del pilar, 400 metros por encima del campo base. Yo no era en absoluto capaz de echar una mano. Cuando Michel y yo decidimos intentar la cumbre, como cordada de dos y en estilo alpino, él ya estaba agotado; yo estaba apenas empezando a encontrarme mejor. Al final de siete días de escalada, 300 metros por debajo de la cumbre, abandonamos nuestro intento. Habíamos escalado lo más difícil y siempre me quedó un regusto amargo de esa tentativa fallida, porque sé que no gestioné mi entrenamiento de manera inteligente, y eso es lo que hizo que no llegáramos a la cumbre.
El descanso forma los cimientos del entrenamiento
Hoy, entreno a escaladores jóvenes para que se conviertan en alpinistas de primer nivel. Soy el director del programa Groupes Excellence del Club Alpin Français. Trato de enseñarles cómo entrenarse técnica y físicamente, pero nunca olvido poner énfasis en dos facetas que me resultan esenciales: descanso y fuerza mental.
El descanso forma los cimientos del entrenamiento. Resulta esencial equilibrar los periodos de entrenamiento o escalada con periodos de reposo. He aprendido a integrar el entrenamiento mental de un modo que es en cierta manera inconsciente. La determinación, la motivación, la visualización, el coraje, la gestión del estrés y la canalización de las emociones deben manejarse de manera concreta. Hoy, un 60 % de lo que enseño a alpinistas jóvenes es a gestionar los aspectos mentales del rendimiento. En otras palabras: es imperativo descansar el cuerpo y la mente.
No me he leído el libro, aunque espero hacerlo próximamente. Quisiera escribir una matización. Tener expectativas en el alpinismo según el entrenamiento, desde mi punto de vista es complicado, es decir, el entrenamiento pese a que es casi una ciencia exacta, tanto entrenas tanto descansas, resultado X; en muchas ocasiones es dificilmente transferible al alpinismo. Entrenar ayuda a recuperarse de una manera rápida y eficaz, con escasa aparición de lesiones. Pero si al entrenamiento le añades entrenamiento específico, es decir, ascender picos antes del objetivo, realizar maniobras con las cuerdas, con los guantes, después de aproximaciones de grandes desniveles, las espectatiivas son todavía más positivas. Conclusión: seguir al pie de la letra los proncipios del entrenamiento no garantiza el éxito. La experiencia previa en escalada y alpinismo es necesaria.