«Solo.
Solo tú, solo él.
Un punto rojo se aleja por la ladera blanca. Baja muy rápido y León lo mira desconcertado, sin saber cómo empezar a esperar su muerte o su regreso a la vida. El fin o el milagro. Sin saber cómo va a ser su desesperación o su esperanzarse. Sin saber si llorará o será fuerte. Sin saber cómo puede ser morirse ahí solo en una montaña gigante, sin más color que el blanco y negro, sin más compañía que la luna y el viento. Sin saber nada al fin. Perdido y asustado, tanto que no se mueve, ni un pelo, y sigue mirando la guinda, hasta que desaparece del merengue en el que está metido.Después se queda más solo de lo que nunca antes había estado».
Solos

Solos
Por Rosa Agudo —Premio Desnivel 2014 con «Horologium»—
Así comienza Solos, el relato de dos amigos separados por un accidente y su vivencia en solitario, en las horas y días posteriores al mismo. Es un libro trepidante porque sabes que el protagonista no va a aguantar mucho tiempo ahí solo, en la ladera de esa inmensa montaña, con una pierna rota.
Rosa Agudo se mete en la cabeza de los alpinistas, sus agonías, sus esperanzas, dudas, incoherencias… con mucha maestría y naturalidad. Momentos de introspección en las horas vacías en solitario, recuerdos de su vida, promesas de felicidad al comprender lo valioso que es existir. Melodías que aparecen en mitad de la noche para conectarte con la vida y cantar a pleno pulmón.
«Sigue tarareando hasta que logra liberar del todo esa presión en las clavículas. Su cuerpo se va relajando cada vez más, los párpados cerrados, la pierna herida olvidada, y la canción merodeando en su interior como una brisa que soplara recuerdos de un verano, un concierto, hacía algunos años, una chica de piel muy suave, el abrazo de un amigo, la sensación de estar listo para merendarse el mundo, la certidumbre de ser su propio dueño, la libertad recorriendo sus arterias, la emoción de estar vivo».
Solos
Después la angustia y la incertidumbre, llevadas en la más absoluta soledad con un entorno en el que solo existe el blanco y negro. La negrura total de la noche, los días que son solo blancos. El frío, la sed, el dolor físico, la esperanza y la desesperanza, el miedo, el agotamiento extremo y la soledad, son protagonistas de esta historia. Quizá todos en una situación extrema necesitamos a alguien en quien apoyarnos, en quien confiar, y en soledad no somos más que niños abandonados.

Solos
Por Rosa Agudo —Premio Desnivel 2014 con «Horologium»—
Y te lleva por cada divagación, cada recuerdo, cada miedo y cada sentimiento que van de la rabia a la esperanza, de la culpa a la melancolía, del miedo a la alegría… y los recorres todos, como si estuvieras ahí, rodeada de blanco y negro, solo contigo mismo con tu pasado y con un futuro incierto. La oportunidad de la soledad como redención, reflexión, la oportunidad de contemplar la vida desde lejos y el paisaje desde cerca, de poner las cosas en su lugar y darle la importancia que se merecen…
«Empezó a pensar que la vida era la hostia, que las montañas eran lugares impresionantes, que escalar era una actividad intensa e interesante, que amaba a todos sus amigos, que les añoraba, que quería hacer cosas con ellos fuera de las montañas. Pensó que era un tipo con mucha suerte y que dejaría de quejarse tanto, que sería más positivo, que amaría más y mejor. Quizás debería intentar en serio vivir en pareja, comprometerse de verdad con alguien. Se juró que visitaría más a su madre y que pasaría más ratos con ella paseando, comiendo en los lugares que ella elegía. La llevaría de viaje. ¿Cuántas veces se lo había prometido? Al final nunca lo hacía. El trabajo de guía, los cursos, las expediciones… ocupaban todo su tiempo».
Solos
La fuerza de la vida, de la esperanza… de creer en una posibilidad. El dolor de la soledad. Una historia desgarradora y que de algún modo te conecta con esos pedacitos de vida intactos y valiosos que todos poseemos, hasta en la peor de las situaciones… te conecta con la alegre certeza de estar, aún, viva.

Solos
Por Rosa Agudo —Premio Desnivel 2014 con «Horologium»—