Ayer 10 de agosto fue el veinticuatro aniversario de la muerte en el K2 (1994) de Atxo Apellaniz. Tras hacer cima el 4 de agosto por su vertiente china, durante el descenso tienen que vivaquear. Al día siguiente una avalancha hace caer 400 metros a Juanjo mientras Atxo -que no ve lo que le ocurre a su amigo, solo sabe que ha desaparecido- sigue descendiendo.
Los dos tienen que vivaquear otra noche. Juanjo logra llegar a la tienda que tienen en el último campamento. Atxo está agotado, desciende muy lentamente, volverá a vivaquear otra noche. Por la mañana, desde el campo base sus compañeros le animan por la radio, pero casi no se mueve, pide agua… Juanjo San Sebastián, a pesar de encontrarse el también muy agotado, decide no seguir la decisión correcta y lógica “Abandonarle para seguir vivo”.
La pregunta que se hace es “Pienso en mi, en cómo viviré la vida que me quedé después de abandonar a Atxo… Cualquiera puede quedarse muy por debajo de las circunstancias en muchos momentos de su existencia pero ¿cómo puede vivirse la propia vida cuando a uno le cabe la duda enorme de, en uno de esos momentos clave, haberse portado como un miserable?”
Juanjo hace algo límite en la situación en que se encuentra, subir hasta donde se encuentra su amigo y llevarle agua. Gracia a este gesto Atxo llega a la tienda. Juanjo se siente feliz pues su amigo ya está a salvo: “De pronto, como una maravillosa aparición Juanjo sale de detrás de la rocas y rompo a llorar, violenta, exultante, me siento loco de contento. Estamos salvados.”
Desgraciadamente, tras dos días descendiendo al límite, cuando ya cuentan con la ayuda de Sebas de la Cruz y Ramón Portilla, que han subido para ayudarles, Axto muere el 10 de agosto en el campo 2.
Años después Juanjo escribiría uno de los libros de montaña más bellos jamás escritos: “Cita con la cumbre”, un libro que es mucho más que la narración de aquella trágica ascensión. Es una profunda reflexión, cargada de sentimiento y poesía, sobre la vida, la amistad, el porqué subimos montañas, los riesgos que asumimos, también sobre la muerte. Un libro cargado de anécdotas, vivencias, recuerdos, anécdotas… que refleja una época del alpinismo, una forma de vida y, ante todo, pensamientos que no pertenecen a ninguna época pues son preguntas que todos nos hemos hechos y que Juanjo San Sebastián, con su capacidad de reflexión nos ayuda a contestar.
Así comienza este libro, que es uno de los grandes clásicos de la literatura de montaña:
“Hay rincones en nuestro interior a los que jamás abandona la penumbra, hay preguntas que nunca podrán responderse con precisión, hay impulso aparentemente irracionales -como esforzarse o correr riesgos por causas que alguien pudiera calificar de inútiles, como escalar montañas, como enamorarse, como dejarse arrastrar por las pasiones- que son, sin embargo, exclusivos de la única especie dotada de capacidad racional: la especie humana.”
“La historia que voy a contar ocurrió hace algún tiempo. No hubiera podido relatarla como lo hago sino hubieran transcurrido varios años desde su desenlace. Es una historia que tiene que ver con equilibrios entre polos opuestos, con rondas por territorios fronterizos, con deseos de exploración de zonas remotas, y también con contraste de estados de ánimo, con capacidad de sufrimiento y deseos de gozo, con ansias de vivir, y de comprobar que se vive; una trama cuya historia se extiende durante once años de mi vida, pero cuyo climax tiene lugar en apenas unos pocos y eternos minutos cargados de tensión e incertidumbre en un paraje muy próximo al fin del mundo, al fin de la vida”.
“No es una historia de montaña; es una historia de amistad que se desarrolla en la montaña, y que está cruzada por otras pequeñas historias de torpezas estupendas, de pérdidas que enriquecen, de aprendizajes dolorosos, de transformación, de fugas, de amores… de risas y de llantos. De vida y de muerte.”
En esta conversación que mantuvimos con Juanjo San Sebastian en la Librería Desnivel nos habla del porqué escribió «Cita con la cumbre, una historia de amistad y tragedia en el K2», a la vez que reflexiona sobre otras muchas ideas relacionadas con el alpinismo y la vida.
“Hay un momento en la vida de un alpinista, sobre todo cuando es joven, en que piensa que le fin de su vida es escalar una montaña y no… el fin de su vida es darle sentido a su vida
No solo lo recomiendo por que Juanjo sea amigo mio, es que es un libro que ningún amante de la montaña se puede perder. Amistad, valores , humanidad, lealtad, aventura y realidad , dura realidad. Te llega al alma este libro. Un saludo
Totalmente de acuerdo, si además del libro añadimos » Al filo de lo imposible» es una combinación extraordinario. Libro muy recomendable.
Otro excelente libro que narra estos hechos es «Bajo los cielos de Asia» de Iñaqui Ochoa de Olza, tambien miembro de esta expedición.
De los mejores libros de montaña que han caído en mis manos… Menudas lloreras me he pegado leyéndolo…