Después del duro confinamiento que nos ha tocado vivir en estos nuevos tiempos que corren, salir a la calle o al campo y respirar aire fresco ha cobrado un nuevo valor. Simplemente caminar al aire libre por el placer de hacer ejercicio físico, pasear en familia, descubrir paisajes y descongestionar la mente de las presiones de la vida cotidiana y laboral, nos permite, ahora más que nunca, recuperar la armonía emocional que proporciona el contacto activo con la naturaleza para después volver con energía renovada a nuestra vida diaria.
El senderismo, y el excursionismo en general, han pasado de ser actividades exclusivas de los grupos y colectivos montañeros a convertirse actualmente en hábitos deportivos y sociales, practicados por personas de diferentes ámbitos con inquietudes muy diversas y objetivos variados.
La finalidad deportiva de los primeros momentos ha derivado hacia una búsqueda de nuevas satisfacciones y experiencias que han colocado el senderismo entre las actividades de ocio activo más importantes de las sociedades modernas. El senderismo mantiene vivo el recuerdo de un tiempo pasado en el medio rural que tiende a desaparecer. Las veredas tradicionales son los vínculos con la cultura del medio natural, representan la herencia de los pueblos, vías usadas durante siglos para comunicarse, intercambiar mercancías, viajar y compartir costumbres y tradiciones ahora recobran una nueva vida.
La reutilización de los caminos tradicionales en nuevos usos de actividades al aire libre ha recuperado el valor real del medio natural, los paisajes rurales y los territorios salvajes de las montañas son escenarios que condensan una galería de recuerdos que se deben preservar para el futuro. El senderismo moderno favorece la conservación de la naturaleza y la diversidad de los ecosistemas, proporciona equilibrio y satisfacción emocional y es una actividad que estimula el cuidado físico, marcando directrices particulares en cada persona hacia un buen estado de forma.
El senderismo básico requiere simplemente un calzado adecuado para caminar por terrenos irregulares, disposición positiva hacia el ejercicio físico, unas horas de tiempo libre, si es posible una compañía agradable, ropa cómoda, un entorno natural alejado de la polución de las grandes poblaciones y ganas de tomar el aire puro con prudencia y sentido común. Las sensaciones y descubrimientos interesantes llegan después sin necesidad de buscar grandes aventuras.
El senderista no necesita un equipamiento complejo ni material técnico, en unos minutos una persona se cambia la ropa habitual de ciudad por el equipo de monte, elige el calzado adecuado, llena la cantimplora de agua y busca un camino sugerente en la naturaleza, descubierto seguramente durante la última excursión.
En los colectivos senderistas hay personas con todo tipo de impulsos y motivaciones, alentados por actividades reconfortantes, sanas y vigorosas al aire libre, que además están vinculadas con las tendencias actuales hacia la conservación de la naturaleza y el respeto del medio ambiente.
En el Manual de iniciación al senderismo encontrarás los conceptos elementales del senderismo, habla de los tipos de senderos y desarrolla una serie de consejos y recomendaciones para acertar en la elección del equipo, los niveles técnicos, la seguridad en la montaña, los entornos de los recorridos, la interpretación de la información previa sobre meteorología, cartografía y redes sociales, el uso de GPS y navegadores o el excursionismo con niños, entre otros temas de interés que podrán responder a las incertidumbres y dudas de los aficionados que deciden dedicar una parte de su tiempo libre a caminar por la naturaleza.