«¿Pero qué coño pinto yo aquí, hecho una piltrafa humana? Parece que un tren me haya pasado por encima. Me miro la ropa, hecha jirones, embarrada, con restos de mi propia sangre… y mis zapatos de 500 euracos echados a perder, joder».
Un personaje de ciudad que se ve inmerso en un bosque y obligado a sobrevivir en él. Misterios sin resolver y un mundo interior y exterior que descubrir. Todos los ingredientes de la novela negra, del thriller o de cualquier relato de misterio, pero con el añadido de que se trata de una historia de supervivencia, donde se intuye que el alejamiento del mundo civilizado y el contacto con la naturaleza puede ayudarnos a crear cierto equilibrio interior.
Endika Urtaran vuelve a sorprendernos con una narración ágil y maravillosa, que nos recuerda al estilo y al ritmo de Huida al Tíbet, novela ganadora del Premio Desnivel de Literatura en 2011, que ya va por la cuarta edición. Aunque la temática sea diferente, el espíritu aventurero sigue intacto, y la capacidad que tiene el autor de mantenernos alertas al relato en todo momento.
No le queda más remedio que luchar por sobrevivir en un medio hostil para él
¿Quién no ha querido desaparecer alguna vez? ¿Hacer borrón y cuenta nueva? ¿Quién no ha temido perder lo que durante mucho tiempo había cosechado? ¿Quién puede asegurar que nuestra vida nos pertenece?
Todas estas preguntas pueden surgirnos al abrir las páginas de Bosque, al adentrarnos en el logrado personaje de El Sebas, traficante de poca monta y urbanita recalcitrante. La historia empieza cuando despierta en pleno Bosque sin recordar lo que le llevó hasta allí. Intenta escapar desesperadamente del laberinto de árboles, pero no le queda más remedio que luchar por sobrevivir en un medio hostil para él.
Bosque combina tres géneros dentro de una misma historia
En completa soledad, descubre una nueva forma de vida en las antípodas de la anterior, que le lleva a replantearse todo lo vivido. ¿Qué pasará cuando todo lo vivido vuelva tras él?
Bosque combina tres géneros dentro de una misma historia, saltando del thriller psicológico, a la novela bucólica e incluso al terror en unas pocas páginas. En cierto modo también puede tratarse de una novela de búsqueda: esa búsqueda de un lugar, más pequeño que el mundo o más grande que nuestro micromundo, donde poder olvidarnos de nuestros fantasmas y demonios, donde poder reinventarnos y volver a empezar, limpios tras un baño en una poza cristalina en medio de bosque… ¿Será tan fácil para nuestro protagonista huir de su pasado, o quizá quien eras te persigue allá donde vayas?
Sin duda solo podremos descubrirlo entre la hojarasca, las sombras y la luz que se filtra a través de Bosque.
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