Sobre las laderas del volcán costero con mayor desnivel explosivo de África, el Monte Camerún (4.095 m), se disputó a finales de febrero el Mount Cameroon Marathon-Carrera de la Paz. A pesar de ser una carrera prácticamente desconocida fuera de África, se trata de uno de los maratones de montaña más duros del mundo. Sus casi siete mil metros de desnivel acumulado lo dicen todo. Localmente conocido como Monte Fako o Mongo-ma-Lobo (montaña del trueno), el Monte Camerún es un volcán que sigue activo, como demostró la última erupción del año 2000. Por eso el día previo a la carrera se lleva a cabo un ritual animista en el estadio de Buea donde se pide a los dioses protección para los valientes deportistas que ascenderán el volcán. Las invocaciones debieron hacer su efecto porque el día del maratón amaneció despejado favoreciendo impresionantes vistas del océano y la isla de Bioko (Guinea Ecuatorial) a lo largo de la subida.
El gran desafío al Monte Camerún no resultó fácil a sus participantes. La salida y meta se sitúan en el estadio deportivo de Buea (635 m) y el punto de retorno en la misma cumbre del Monte Camerún (4.095 m), totalizando, por tanto, un desnivel acumulado de 6.920 metros. Los primeros siete kilómetros discurren por la avenida principal de Buea hasta alcanzar ‘Upper Farm’ (1.100 m), desde donde arranca el clásico sendero ‘Guinness Trail’, por el que se progresa primero a través de un bosque tropical y luego sobre lava volcánica hasta alcanzar la cima. A lo largo del pendiente camino, el desnivel se incrementa de tal manera que obliga a avanzar en tramos a “cuatro patas”. Para hacernos una idea, hay que ascender tres kilómetros verticales en unos diez kilómetros. Cientos de corredores avanzando casi a gatas por las coladas de lava que escurren del paredón volcánico es una imagen definitiva.

Tras descender todo el perfil del volcán, los últimos kilómetros en las calles de Buea se transformaban en una auténtica fiesta para el público que animaba infatigable a los atletas hasta cruzar el arco de meta. En el estadio deportivo las actuaciones musicales se sucedían desde primeras horas de la mañana con concurso de guapas “misses” incluido. En general toda Buea era una fiesta, la fiesta de su maratón. El delirio colectivo se desató con la ajustada llegada de los tres primeros atletas y la entrega de trofeos, aprovechado por los políticos para hacerse la foto.
Los atletas cameruneses no dieron opciones a los foráneos y se hicieron con los primeros puestos del podio. Los corredores “blancos” también se dejaron la piel a pesar de los continuos abandonos por desfallecimiento que se sucedían antes de llegar a cima. Entre ellos, sólo dos españoles presentes, el catalán Daniel Casalprim y el madrileño Juan Antonio Alegre, “Chinotto”, quienes junto a varios franceses, consiguieron completar el recorrido. A pesar de la dificultad orográfica, el alto grado de humedad y elevada altitud fueron pocas las lesiones físicas de los participantes. Si bien, el pundonor de los atletas cameruneses y la entrega a sus paisanos dejaron escenas de gran agotamiento a lo largo del recorrido y en meta. En su quinceava edición, el Mount Cameroon Marathon-Race of Hope ha sido todo un éxito deportivo y social en un escenario natural tan radical como emocionante. Y es que en pocas carreras del mundo se encuentra un público tan entregado como en las calles de Buea y un paredón tan vertical como el de este africano volcán costero.
CLASIFICACIONES:
Hombres
1º Ndiven Joseph Wirba: 4:36:0
2º Simplice Ndungeh: 4:36:39
3º Gabsibuin Godlove: 4:36:42
Mujeres
1ª Yvonne Ngwaya: 5:25:07
2ª Patience Timbep: 5:43:55
3ª Lysette Ngalim: 5:49:27
Fuente: Juan Antonio Alegre, ‘Chinotto’