Nada más descolgar el teléfono, escuchamos a una Emma Roca cansada, con la voz apagada. Y es que sólo unos días después de volver de Marruecos, Emma aún se está recuperando de los problemas –cansancio, ampollas, isquitibiales- derivados de la competición.
Pero es hablar de las próximas carreras que tiene en mente y se le vuelve a encender la voz. Es consciente de que, en unos días, estará deseando volver a ponerse las zapatillas y empezar a entrenar para su próximo desafío: competir con su equipo, el Buff Thermocool. Así es Emma, una luchadora.
Tu primera participación en Sables, y acabas segunda. ¿Cómo valoras este resultado?
Muy bien, muy positivo. Ha sido un segundo puesto muy luchado; no ha sido nada fácil y este segundo sabe más que un primero en el que no hay que luchar como en esta batalla con Laurence Klein, que es campeona del mundo de 100 kilómetros, olímpica de maratón con 2 horas 36 minutos, ganadora en Sables en 2007… Esta segunda plaza me ha sabido a oro. He tenido algunos fallos, fruto de la inexperiencia, pero estoy muy contenta.
¿Cómo has visto la dureza de la prueba tú que estás acostumbrada a los raids de aventura?
La he subestimado con creces, no pensé que fuera tan dura; se han juntado muchos ingredientes. Hay unos kilómetros que recorres todos los días, a los que hay que sumar el clima y el terreno; el primer día estuvimos 12 kilómetros por dunas. Fue un calvario, dunas en las que tienes que poner manos y pies para poder subirlas, con más de 8 kilos en la espalda. A priori crees que es fácil hacer 6 minutos el kilómetro, pero si sumas todos los factores no es así: la autosuficiencia, el calor, el peso…
Además está la falta de descanso: estas en una jaima con 8 personas: uno ronca, otro llega tarde, otro se queja… no es un descanso perfecto. No tienes buena comida, poca agua, higiene precaria…. Todo esto sumado a las distancias, ha hecho que sea mucho mas duro de lo que creía.
¿Qué ha sido lo más duro para ti de todo esto?
El peso en la mochila ha sido criminal. En la espalda he tenido dolor y contracturas y me ha bajado el ritmo. Cada día calentaba antes de empezar para sentirme sin el peso en la espalda, con esa sensación de libertad; esos diez minutos sin mochila, para mí eran gloria.
Y el tratamiento de las ampollas, que aunque las cuidases cada tarde en la jaima, ha añadido una dolencia más que ha endurecido la carrera.
La lucha con Laurence Klein ha debido ser muy dura…
Ha sido infernal. Al final de la tercera etapa, con más de 11 horas de competición, la diferencia eran 50 segundos… En la etapa reina tuve descomposición, con deshidratación, no me encontré bien; ella cogió 37 minutos y la prueba quedó sentenciada. Si hubiera sido un mano a mano hasta el final, me muero, porque fue muy duro.
Ibas girando la cabeza, porque siempre nos teníamos a vista, y ver que venía justo detrás después de cuatro horas de tute…
¿Qué crees que te ha faltado para ganar?
Me ha faltado un equipo, gente de apoyo, como Laurence, a la que le marcaban el ritmo, le ayudaban con el peso para llevar siempre el peso mínimo obligatorio… me ha faltado esa logística de equipo, con lo que tiene mucho mérito esta segunda plaza, por ir sola delante de todos los infortunios y contratiempos.
También un frontal mejor, porque este era muy ligero pero no alumbraba mucho y tuve dos caídas un poco graves en la etapa larga que me hicieron perder el ritmo y sufrir dolor en la rodilla
Y a lo mejor un poco más de comida. Pero llevando un equipo suples todo esto. El entreno iba bien, y de condiciones físicas y mentales fui a tope
¿Cómo has visto a Mónica Aguilera, que defendía el título?
Ella dijo que no se encontraba bien en las primeras etapas. Se quedaba bastante detrás en comparación con lo que ella puede hacer. En la etapa doble estaba bien, entró detrás de mí. Yo creo que son tantas cosas y tantos días, que acabar es mucho. Si ella ha hecho quinta perfecto.
¿Vas a volver a Sables?
De momento no. Si no voy más preparada, lo veo difícil. Además hay otras carreras antes de repetir aquí, como el UTMB o la Transalpine. Hay otras que priman antes que un segundo Sables, con lo duro que es.
A mí me ha marcado; incluso aún voy un poco coja, con las ampollas abiertas, he perdido una uña, y muscularmente, de isquiotibiales, me ha dejado tocada. Esto también lo digo de los raids y al final vuelvo. En cuanto el cuerpo se olvida de los malos momentos vuelven los pensamientos insanos como éste. (Risas)
¿En qué más carreras te vamos a ver este año?
Voy a raids con el Buff thermocool: uno en Francia en junio, en China en septiembre, el de Abu Dhabi en diciembre… alguna prueba de triatlón largo… depende de cómo se recupere el cuerpo, porque, después de Sables, el cuerpo tarda más de lo normal en recuperarse. No puedes estar todo el año en tu pico de forma, por lo que hay que ir mirando si en tres meses estoy otra vez al 100% para hacer algo en condiciones.