La imagen de bola irregular partida por la mitad, que deja al aire libre una pared vertical y aparentemente lisa de unos quince metros de altura, expresa mejor que nada qué tiene de especial Too big to flail. Evidentemente, no se trata del grado o la dificultad, sino de la exposición, del riesgo que debe asumir el escalador y de la fortaleza mental necesaria para enfrentarse a ello.

Situado en Bishop, este bloque de enormes dimensiones es un excitante desafío que unos pocos tienen el valor de afrontar. El primero de todos fue Alex Honnold, quien firmó la primera ascensión en 2012. Resulta poco sorprendente ver el nombre del máximo exponente del solo integral al frente de una lista que completan Lonnie Kauk (2013), Steven Roth (2014), Ethan Pringle (2014), Fabian Buhl (2017), Nick Meuhlhausen (2018) y Nina Williams (2019).
La línea presenta el paso clave a media altura, es decir, hay que superar un movimiento de 7C+ a casi diez metros del suelo. Las montañas de colchonetas a pie del monstruo son una de las imágenes recurrentes en las repeticiones. El escenario no ha perdido magnetismo con el paso del tiempo, como tampoco ha perdido mérito el conseguir salir por arriba.
“Estos momentos definen por qué escalo”
Timothy Kang ha añadido su nombre a la citada lista, aportando también un grado de vía que rondaría el 8b. El joven escalador de 21 años formó parte del equipo de Estados Unidos de escalada de competición y participó en algunas pruebas internacionales de dificultad en 2018, tras haberse colgado la medalla de bronce de búlder en el Campeonato Panamericano de Montreal 2017, donde también fue finalista en dificultad.
Acompañando a una fotografía suya sentado con los pies colgando del borde del top de Too big to flail, el escalador californiano apuntaba algunas de las claves de este tipo de escalada:
Estos momentos definen exactamente por qué escalo. Siempre llevaré mis límites físicos más allá. Anhelo el sentimiento de preguntarme si un movimiento es posible o no. La mayor parte de mi vida hoy en día es entrenar y apretar, y ver puedo encajarlo todo para un encadenamiento o no.
El highball es algo diferente. Mayoritariamente, sabes de antemano que eres capaz de encadenar. El highball es una decisión. Una decisión que depende de cierto nivel de autoconfianza y fe en ti mismo.
Too big to flail fue el primer highball en el que me fijé y que cuestionó mis capacidades a nivel mental. Tenía la necesidad de probarme a mí mismo que podía decidir ir a por él.
Además, Timothy Kang comparte también el sentimiento de satisfacción extrema por haber conseguido su objetivo:
Por desgracia, este tipo de escalada se encuentra cerca del tope de riesgo que afrontamos. Digo por desgracia solamente porque el proceso y el sentimiento de estar allá arriba no tiene parangón. Es felicidad pura. Confiad en mi palabra.