Hace unos años, Fred Nicole estuvo escalando en Fribourg, ciudad situada en la línea divisoria de la Suiza francófona y germanófona. La roca arenisca del lugar no le terminó de agradar y acabó escalando bajo los puentes del casco antiguo, donde dejó su impronta en una travesía de 8A.
El escalador alemán Pirmin Bertle reconoce que nunca había pensado que escalaría bajo un puente, pero cuando se trasladó a vivir a Fribourg el año pasado y supo de las correrías de Fred Nicole, no dejó pasar la oportunidad de probar. Se trata de una modalidad con innumerables ventajas y muy ecológica, según sostiene él mismo: sin necesidad de coche, sin gastar en gasolina ni peajes, sin peligro de molestar a especies protegidas y a pie desde casa.
La primera reflexión de Bertle en cuanto al ‘bloque’ en cuestión se dirige a la roca. “Bouldering or buildering?”, se pregunta él (algo así como búlder natural o búlder urbano). La respuesta, curiosa aunque cierta: “se escala en roca volcánica natural, llena de agujeros, pero con una forma artificial”. Una línea de naturaleza híbrida situada bajo el puente de Saint-Jean, construido en 1746 en el casco antiguo de Fribourg.
Parmi les clochards 8B
“Viajando a través de Europa, durmiendo en ruinas, cuevas y casas en obras me he sentido a menudo como un vagabundo outdoor”, comienza Pirmin Bertle la narración de su nueva creación. “Con la cara sin lavar, cocinando en una parada de autobús o encontrándome bajo un olivo a las siete de la mañana, debo de haber llevado a pensar a la gente que somos una especie de colgados. Probablemente, tengo que admitir que los escaladores nos comportamos a veces como si no tuviéramos casa ni dinero para alquilar una… Ahora, por fin, he dedicado un búlder a mis hermanos de espíritu no escaladores: Parmi les clochards (‘entre los vagabundos’) se encuentra situado en el lugar en el que quiero vivir si la escalada no es la solución para ganarme la vida. Bajo un puente, cerca de un río lo suficientemente profundo para bañarme en él, en un casco antiguo pintoresco y –bien- cerca de varios problemas más: en el centro histórico de Fribourg.
Pirmin Bertle ha necesitado un total de 10 días repartidos en dos intensas sesiones en primavera y otoño de este año para hacerse con el encadenamiento de Parmi les clochards. Además de las ventajas ya mencionadas de escalar cerca de casa, el escalador alemán comenta que se sintió atraído por el problema “especialmente por el emplazamiento del puente, donde todo el mundo viene para hacer una barbacoa, descansar y charlar en el río, sacar a pasear al perro… Y la escalada es algo diferente de lo normal: pequeños agujeros en roca volcánica en el arco perfectamente moldeado del puente”.
El encadenamiento llegó con el intenso frío de este otoño, justamente el primer día de nieve del año en la ciudad suiza, que “creó las condiciones de adherencia suficientes para enlazar los 16 movimientos incluyendo una parte inicial de 8A/+ con los movimientos más duros de lejos, sobre todo un movimiento de alta precisión a un bidedo difícil de acertar que también es bastante difícil de resolver. Los seis movimientos de 7C del final, lo hacen en mi opinión algo comparable a una vía de 8c+”. Bertle, que ha propuesto 8B para el conjunto, advierte que “se adapta a mi estilo muy bien y seguró que será todavía más difícil para escaladores más bajitos”.