La historia del bloque Lemento se remonta unos veinte años atrás, cuando los hermanos Israel y Abraham Olcina, pioneros de la dificultad en búlder de la zona centro, propusieron uno de los primeros 8A+/8B de bloque de la Pedriza. Posteriormente Carlos Ruano se planteó añadirle la entrada sentado, algo que después de mucho intentar, consiguió hacer realidad en abril de 2019, proponiendo con ello el primer 8C de la emblemática escuela de granito.
Pasaron tres años hasta que llegó la primera repetición, en enero de 2022 a cargo del italiano Lorenzo Puri, que consiguió resolverlo en unas cinco sesiones, opinando que para él quizá sería 8B+.
No tenemos constancia de otras repeticiones posteriores, por lo que la de Jesús Muñoz ‘Chuchi‘, que se llevó ayer 30 de enero, sería la tercera ascensión al bloque. Además de una decena de bloques de 8B+, Chuchi ya contaba con 8C en su libreta, en especial el icónico Entropía, en Castillo de Bayuela, que encadenó en diciembre de 2021, sumado a sus propuestas de 8C Eterno legado y La legión en Hoyamoros. Él mismo nos cuenta cómo ha sido su historia con Lemento:
¿Cómo ha sido tu trabajo en el bloque?
Yo ya había hecho el bloque de pie hace mucho tiempo, incluso antes de que Carlos Ruano hiciera la versión sentado. Por entonces era así el bloque, no lo planteábamos de otra forma. Después de que lo resolvieran sentado, empecé a planteármelo, y le he ido dando algún pegue, pero no empecé a probarlo realmente hasta el año pasado, en el invierno de 2022, cuando me quedé cerca de hacerlo. Después se metió el calor, me fui a Suiza y ya lo dejé hasta esta temporada, que lo he retomado más o menos a finales de diciembre o principios de enero.
¿Qué es lo que más te ha costado?
Es un bloque que requiere mucha piel, más de lo habitual en la Pedriza, que ya de por sí es un granito abrasivo. Aquí se da la coincidencia que en dos pasos hay un canto que se clava en el mismo dedo. El año pasado se me abrió una raja y, a poco que volviera a tocarlo, se me volvía a abrir por el mismo sitio. Es un poco frustrante porque no se le pueden dar muchos pegues seguidos, y también por eso creo que el encadene se ha dilatado más en el tiempo.
¿Cómo has resuelto este año el problema de la piel?
Este año no se me ha llegado a abrir la raja, he ido con cuidado, sin dar muchos pegues, para que no atravesara la piel. Igual le daba un pegue pero luego descansaba una o incluso dos semanas para que se regenerara la piel y volver a intentarlo. Por ejemplo el domingo pasado estuve a punto de hacerlo, me caí en el último movimiento, pero no volví a darle un pegue porque tenía la piel a punto de abrirse. He esperado ocho días para volver, que fue ayer mismo, y por suerte me salió al primer pegue.
Comparado con otros 8C y 8B+ que tienes encadenados, ¿qué te ha parecido?
El tema del grado en el bloque es difícil atinar, porque influyen muchos factores. Por ejemplo este bloque cuando empecé a probarlo el pasado diciembre había unas condiciones de mucha humedad, y casi ni me levantaba. Sin embargo, esta semana que ha habido unas condiciones excelentes, se me hacían todas las presas buenas. También está la morfología, hay bloques que por los movimientos le pueden resultar más fáciles a una persona alta, o al revés, según cómo se te dé. También hay bloques que uno resuelve de una forma, pero luego otro encuentra un método que le resulta más sencillo, cambiando la cotación.
Dicho esto, tratamos de que haya un criterio común, un consenso, y, en mi opinión, comparado con por ejemplo con Entropía (8C), y sobre todo con otros cuantos 8B+ que he hecho (entre ellos, alguno de la Pedriza, como Charlotte), creo que este es más difícil, así que para mí lo considero 8C. Y sobre todo estoy contento de haberlo encadenado, fue un día en que todo encajó, las condiciones y la compañía, y lo disfruté mucho.


Actualmente te dedicas a gestionar el rocódromo la Ola, de Salamanca, ¿no?
Sí, de hecho nos va muy bien, últimamente hemos hecho una ampliación porque hay mucha afluencia de gente. Ahora contamos con una zona grande de bloque y otra de vías.
Este auge de la escalada por un lado es bueno para los que vivimos de ello, pero por otro lado puede ser perjudicial para las zonas de escalada, por las consecuencias de la masificación… ¿cómo vives tú este doble filo?
Efectivamente, es como lo dices, antes la escalada era un deporte de unos pocos, ahora es “de muchos”. En mi opinión todo el mundo tiene derecho a salir a escalar a la roca. El tema es que ahora se ha vuelto un deporte muy accesible para un público que realmente no tiene ningún conocimiento de la montaña, entonces, no hay ese filtro que quizá antes sí que había. Pero pienso que es un tema de educación, tanto en la escalada como en cualquier otro ámbito de la vida. Está claro que al haber más gente el impacto va a ser mayor, pero con educación no tendría que ser un problema. También ocurre que los sitios que se masifican son los que están cerca del coche, tienen fácil acceso… Pero hay muchos otros lugares para hacer búlder que no va nadie. Nosotros desde el rocódromo nos esforzamos mucho en transmitir todos los valores de la escalada y sobre todo del respeto del medio, que estás en el monte, has de respetar el silencio, no puedes ir gritando, poniendo música, tienes que limpiar el magnesio, las clecas, evidentemente no dejar basura, papeles… Dejar claro que lo más importante es respetar el medio, lo de encadenar o no es secundario.