Es seguramente el bloque más icónico del mundo, ubicado en el no menos famoso Campo 4 de Yosemite, a los pies de El Capitán. Repasamos su historia.
Fue John Yablonsky «Yabo» uno de los Stonemasters (fallecido en los 90) quien primero visualizó la línea en 1978 y compartió su hallazgo con sus amigos John Bachar y Ron Kauk. Estuvieron probándolo unos meses sin ver mucho progreso (recordamos que los «crash pad» todavía no existían por entonces), hasta que Ron Kauk consiguió descifrar los movimientos, con una característica salida en mantle a unos 4,5 m del suelo, adjudicándose la primera ascensión ese mismo año.
Con un grado V8 (7B+) supuso todo un salto para el momento, como dijo el mismo Ron más tarde, «probablemente fuera el boulder más difícil de la Tierra».
El nombre está inspirado en una canción (y álbum póstumo) de Jimmy Hendrix, y el característico rayo pintado en su base fue obra de John Bachar, que lo dibujó con magnesio, aunque con los años ha sido borrado y repintado en varias ocasiones, y ahí sigue.

Reseñable es la primera ascensión a cargo de un español, por Finuco Martínez, que firmó la sexta ascensión total del bloque en 1986, durante un viaje por los Estates junto a Francisco Blanco que dejó huella, y del que se trajeron la mentalidad free de la época.

La primera femenina llegó a manos de Lynn Hill, en 1998, a quien vemos en este histórico vídeo.
Es un «must» de los coleccionistas de bloques, que sigue inspirando a generaciones de escaladores (hay quien lo utiliza para celebrar «el día más importante de su vida», quien se lo tatúa y, cómo no, quien le saca partido en camisetas, llaveros y hasta cervezas).