Entropía es un problema de búlder que forma parte de la historia de esta modalidad de la escalada en nuestro país. En 2011, Nacho Sánchez lanzó la primera propuesta española de 8C con esta línea desplomada y muy física de Castillo de Bayuela. Posteriormente, fue repetida y confirmada por otros reputados escaladores como Beto Rocasolano (2014) e Ignacio Mulero (2016).
Antes del estallido de la pandemia de coronavirus, Entropía fue objeto del deseo de varios pretendientes, que la probaron más o menos tiempo y con más o menos acierto. No obstante, ninguno de ellos fue capaz de resolverla antes de que llegaran los primeros confinamientos masivos y quedará fuera del alcance.
El paso del tiempo ha permitido que esos escaladores vuelvan a ella y, en las últimas semanas, el bloque ha vuelto a estar tan concurrido como antes o más. Jesús Muñoz ‘Chuchi’ se llevó el pasado viernes la tercera repetición, y al día siguiente era Ángel Espinosa quien firmaba su propia muesca. También Juan Alonso y Carlos Ruano la tienen muy a punto y podrían alcanzar el top en cualquier momento.
Dos años… y siete días después
Ángel Espinosa fue uno de esos escaladores que ya intentó Entropía en 2019 y que finalmente ha logrado su objetivo, después de siete días en el bloque durante los últimos fines de semana de esta temporada. Una meta nada fácil para alguien que debe sacar tiempo para escalar de donde no lo hay y compatibilizarlo con ocupación y paternidad.
Así contaba el proceso en sus redes sociales:
Hace dos años, tras una sesión de escalada entre colegas, me senté en este bloque sin ninguna pretensión y vi que era posible. Fue ahí, cuando decidí que quería hacerlo costase lo que costase. En pocas sesiones me vi cayendo todos los pegues en el último paso, pero llegó el calor, una pandemia mundial y allí se quedó.
Me ha costado mucho volver a ilusionarme con la idea de proyectar de nuevo, pero por cosas de la vida ahí me he visto otra vez, fallando en el último paso, rodeado de nuevos colegas y con la misma motivación de entonces.
Un padre trabajador en el 8C
A sus 32 años de edad, vive en Madrid y trabaja como electromecánico en un laboratorio. Hasta ahora, nunca había encadenado nada más duro de 8B, un grado que había repetido varias veces. La última de ellas fue hace apenas unas semanas, con El monstruo de las regletas en El Escorial.
“Me gusta escalar en diferentes escuelas, principalmente de la zona centro y Albarracín”, comenta respecto a su actividad en la roca. Además, precisa que “actualmente no llevo un entrenamiento específico, aunque sí voy regularmente al rocódromo y a escalar, combinándolo con la familia y el trabajo”.
Para el futuro más cercano, Ángel Espinosa explica: “De momento, no tengo ningún objetivo específico; seguir probando y encadenando todos los bloques que se dejen y conocer zonas nuevas, que siempre ayuda a tener alta la motivación”.
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