Tras una travesía de 3.500 kilómetros a por la Antártida, los integrantes de la expedición NATURGAS/BBK TRANSANTARTIKA han comparecido ante los medios de comunicación en Bilbao y han contado, entre otras muchas cosas, estos detalles:
Juan Vallejo
“Ha sido un suplicio, más duro de lo que pensábamos, y bastante más de lo que se pueda pensar cuando se ven los planos con las cometas. El cansancio es físico y psicológico, con el miedo constante a romper algo que diera al traste con la expedición, y a todo ello se añade la monotonía y el frío»…
“en todo momento estás con un miedo real de romper algo: un esquí, el trineo, una pierna, un tobillo… da igual, porque en cualquiera de los casos supone poner fin a la travesía”.
Alberto Iñurrategi
“Al igual que en la alta montaña, lo mejor ha sido ser capaces de superar todas las dificultades gracias al trabajo y a la perseverancia, la diferencia es quizás que aquí el riesgo no es tan grande, pero en todo momento estás expuesto a que cualquier contratiempo dé al traste con la expedición”…
“No esperábamos ni la cantidad ni el tamaño de los sastrugi que nos hemos encontrado, y a pesar de que íbamos preparados para el frío extremo de la Antártida, Juan y yo perdimos sensibilidad en los dedos de los pies cuando apenas llevábamos 15 días de marcha, lo que nos hizo temer por las posibles congelaciones que hubiesen terminado con la expedición”…
“No somos especialistas en travesías polares ni expertos en el manejo de cometas –ha puntualizado Iñurrategi-, pero estamos muy contentos de haber experimentado una prueba como ésta, aunque no sabemos si volveremos a intentar algo parecido”.
Mikel Zabalza
“Mis compañeros son más corpulentos y, al comienzo, los trineos pesaban cerca de 170 kilos que había que arrastrar sin apenas ayuda del viento, así que sufrí mucho para seguir el ritmo de Juan y Alberto. Pero cuando sopla el viento adecuado recurrir a las cometas es un método sencillo y eficaz para realizar una travesía inmensa como ésta en un tiempo razonable”.