Las Siete Hermanas configuran un relieve reconocible y conocido por muchos de los visitantes que recibe la península Antártica, pues se encuentra situado justo detrás de Port Lockroy, en la isla Wiencke, uno de los puertos más frecuentados por los cruceros a la Antártida. La oscura silueta de su roca contrasta con el blanco deslumbrante de la abundante nieve que cubre los siete picos.
A pesar de ello, y de que el pico más relevante de la zona, el Savoia Peak (1.415 m), fue escalado hace más de un siglo por la expedición de Jean-Baptiste Charcot (1903-1905), nadie había conseguido completar la travesía de las Siete Hermanas. En los últimos años, se habían contabilizado varios intentos, frustrados principalmente por el mal tiempo.
Crónica de la travesía
El pasado 21 de noviembre, Antoine Cayrol, David Lacoste, Paul Dudas, Emmanuel Chance, Laurent Bibollet y Yann Delevaux fueron depositados en tierra firme en zodiac desde el barco que les hizo de campo base. Sin perder tiempo, acometieron la ascensión de la Primera Hermana, denominada Pico Jansen (1.000 m), a través de su vertiente sur. Tuvieron que superar unos 500 metros de desnivel de nieve y hielo a unos 50º-55º, además de un resalte de nieve vertical de 3 metros. A las cinco de la tarde, alcanzaban su primera cima.
Desde allí, realizaron la primera travesía de una arista muy afilada que les condujo directamente hasta la cima secundaria del Pico Jansen. A continuación, rapelaron por la misma vertiente hasta la rimaya (montando 10 abalakovs y hombre muerto), donde montaron sus tiendas para vivaquear.
El 22 de noviembre, rodearon la Primera Hermana por el sureste para volver a la arista por una pendiente de 300 metros de nieve a 50º con una rimaya delicada. En la base de la Segunda Hermana, una seta de nieve desplomado les bloqueaba el paso y les obligó a realizar un rápel de 30 metros hacia el este y dos largos (hielo de 80º y nieve de 45º) para alcanzar la citada arista y posteriormente la cima de la Segunda Hermana.
Una vez en la cima de la Segunda Hermana, los expedicionarios ya no dejaron la arista en ningún momento. Tres rápeles para descender entre enormes setas de nieve y hielo desplomadas los condujeron hasta el collado entre las Hermanas 2 y 3. Una arista de nieve con un paso complicado de 60º les permitió acceder a la cima de la Tercera Hermana.
La arista les llevó a la cima de la Cuarta Hermana, con un gran largo a 60º-65º de nieve y rodeando un serac por la derecha. Un corto descenso hasta el collado al pie de la Quinta Hermana y de nuevo remontar por la arista por una pendiente a 50º les permitió acceder a la cima.
La Sexta Hermana requirió superar un largo de 70º de nieve, y posteriormente dos rápeles de 60 metros para descender de ella hasta un gran glaciar llano que conectaba con la Séptima Hermana y última. Esa cima la alcanzaron a las siete de la mañana del 23 de noviembre. El descenso final fue realizado por un amplio couloir orientado a Port Lockroy que descendieron con la ayuda de ocho rápeles.
Me parece muy interesante la actividad … siempre tiene su cosa moverse en esas inclinaciones por nieve. Buena info!