El macizo de Belledonne, situado en los Alpes du Dauphiné, es visto con cierto desdén por la comunidad alpinística. Su techo es el Grand Pic de Belledonne y ni tan siquiera alcanza los tres mil metros (mide 2.997 m). Sin embargo, puede ser también un buen escenario para sueños y aventuras, como ha demostrado estos días Thibault Sibille y como demostró años ha el gran Gaston Rébuffat.
Corría el verano de 1944, cuando aquel joven guía de 23 años trazó junto con Michel Chevalier la línea que se conocería por su apellido Rébuffat. Más adelante, sería encumbrado a la categoría de héroe por su participación en la expedición al Annapurna de 1950 que estrenó la lista de cumbres en los ochomiles. Y posteriormente se convertiría en la primera persona capaz de escalar las seis caras norte de los Alpes.
Tras los pasos de Rébuffat
A sus 32 años, Thibault Sibille es también guía, como Rébuffat. E, igual que él, también se siente maravillado por cumbres que quizás se alejan del radar del común de los alpinistas. De hecho, reconoce en sus redes sociales que llevaba diez años soñando con escalar en invierno el Grand Pic de Belledonne.
Finalmente, llegó el momento de emprender la aventura, y lo hizo solo, aunque ese detalle fue producto de una serie de coincidencias:
Grosso modo, las razones de mi partida en solitario están ligadas a la relación entre la imposibilidad de encontrar un compañero para ir y el sentimiento no obstante de que era el momento de hacerlo.
Todo estaba allí, las condiciones, el material recuperado en el último minuto gracias a colegas guías, el deseo de vivir una bonita aventura en este preciso momento de mi vida, la cumbre que se burla de mí y me atrae desde hace casi diez años en invierno.
Tres días en la pared
Thibault Sibille partió el pasado jueves a mediodía, para iniciar su escalada el viernes por la mañana desde el refugio de la Pra. Necesitó tres jornadas en la pared, con dos vivacs en la montaña: “uno de ellos verdaderamente difícil con el viento y el frío”. El domingo por la noche ya estaba en casa y todavía lamenta haber dejado caer el móvil –con todas las fotos de su ascensión– ladera abajo poco antes de pisar la cima.
Como balance de esta ascensión, Thibault Sibille señala:
Personalmente, recordaré una aventura al borde de mis límites, una desconexión del cerebro a nivel emocional pero una gran agudeza en términos de concentración y de organización. Me siento simplemente feliz de haber puesto a prueba una práctica singular en un macizo que recientemente representa mucho para mí. Los recuerdos de haber estado allí arriba solo permanecerán grabados para siempre en mi memoria.
Según su propia percepción, la vía le exigió superar inclinaciones de nieve de 60º, con algunos pasos de 70º, y dificultades cifradas en hasta 6a+ y M5+.
- Etiquetas: Grand Pic de Belledonne, Rébuffat, Thibault Sibille