“En la montaña (no sólo en el alpinismo) lo único que debería de estar prohibido es mentir y dejar basuras” . Así comienza la misiva remitida a Desnivel por Tente Lagunilla, que de esta forma se une al debate -este se va a prolongar- sobre la moralidad y necesidad de la nueva disposición aprobada por la Agencia Mundial Antidopaje, que ilegaliza la utilización de botellas de oxígeno en las ascensiones de montaña. Si a mediados de semana os dejábamos las declaraciones de Sebastián Álvaro, Araceli Segarra y Héctor Ponde de León, turno ahora de la carta completa de este alpinista con más de 30 años de cumbres y caminos a sus espaldas y bombero de profesión.
Mejor deportista palentino en los años 2001 y 2004, cuenta con ascensiones al K2 y al Everest y numerosos intentos en otras cumbres del Himalaya como el Makalu o el Dhaulagiri. Expediciones a los Andes peruanos y argentinos, al Karakorum y 12 veces al Himalaya, entre otras muchísimo méritos logrados en cimas de medio mundo. O del mundo entero. Suficiente, y de sobra, para avalar las palabras de este aventurero barbudo y de ojos tranquilos.

«En mi opinión, el decir que se ha subido a una montaña con oxígeno o sin él, es decir muy poca cosa. Habría que matizar si se utilizó cuerda fija y quien puso ésta, si la huella la abrimos nosotros o nos la encontramos abierta, si teníamos sherpas, etc, etc.
A la hora de ser puristas las únicas ascensiones válidas serían las aperturas de nuevas rutas realizadas en solitario, sin cuerdas fijas, sin oxigeno, con poco material…… Todo lo demás es desvirtuar el “Hacer más con menos”.
Puestos a comparar el alpinismo con otros deportes de competición con reglas escritas, deberíamos matizar también el tema del equipo. No se pueden comparar las ascensiones de hace años realizadas con chaquetas de pana, botas de cuero, piolets de madera y crampones de hierro; con las actuales utilizando monos de pluma, botas de plástico, piolets metálicos, crampones de titanio…. Un piragüista, no puede correr con la piragua que quiera, sino que ésta debe estar entre unos pesos y medidas perfectamente detallados.
También habría que tener en cuenta la climatología reinante durante la expedición. No es lo mismo encontrar unas condiciones de buen tiempo y buena nieve, que padecer un clima riguroso, nieve blanda o hielo durísimo. En el salto de longitud y otras disciplinas sólo se convalidan las marcas si éstas se realizan con unas condiciones de viento determinadas.
Otro aspecto a considerar es el de la edad. Se tendría que ir pensando en establecer unas categorías como en casi todos los deportes. Es ridículo comparar la ascensión de Carlos Soria al K2 con 65 años que otras realizadas por gente más joven, aunque en este caso como utilizó oxígeno el último día, pues se le borra de la lista y arreglado.
Y no hablemos del comportamiento “ético” (dejar basuras sin necesidad, abandonar a un compañero…) a más de uno habría que pitarle una falta técnica.
En mi ascensión al Everest, mis dos compañeros y yo utilizamos oxígeno, pero el último día no nos acompañó ningún sherpa, por lo que tuvimos que cargar con las dos botellas que consumimos, y que por supuesto bajamos, sin dejar en la montaña. Fue la primera ascensión de la temporada por la vertiente Nepalí y montamos cuerda fija nosotros solos desde la cumbre sur hasta la cumbre, con el escalón Hillary de por medio (por supuesto aprovechamos las mil cuerdas medio podridas de años anteriores) y abrimos huella en el mismo recorrido. Ese día no subió nadie más por Nepal. Al día siguiente, subieron bastantes personas, algunas de ellas sin oxígeno, que utilizaron nuestra huella y se agarraron a las cuerdas que habíamos puesto nosotros, pero es una pena, su ascensión sí es valida y la nuestra no.
Al revés me pasó en el K2. Yo hice cumbre sin utilizar oxígeno, pero lo subí detrás de un grupo que sí lo utilizaba, aprovechándome de su huella y de alguna cuerda que se había colocado anteriormente. En esa ocasión y según estas nuevas normas yo si que subí al K2 y los que llevaba delante no subieron a ningún sitio.
Me parece un insulto a la inteligencia el solo pensar que se va a desvirtuar algunas ascensiones realizadas con oxígeno (primera ascensión al Everest, primera al K2, pared suroeste del Everest de los ingleses….. la lista es interminable) y se va ha valorar otras ascensiones por el solo hecho de que no se utilizó oxígeno al hacerlo (no pongo ejemplos pues todas las ascensiones tienen el valor que las corresponda)
No es el caso que nos ocupa, pero todo este asunto de los record, las normas y demás, en el fondo me hace gracia. El día menos pensado a uno se le ocurre hacer cumbre en el Everest en mangas de camisa o sin beber desde el campo base y desde ese día todos los que suban en manga larga son unos “mataos”. También me hace gracia cuando el fiera de turno dice que ya no hay calidad ni imaginación en el alpinismo, que todo el mundo va a las rutas normales. En el alpinismo como en todos los deportes hay unos pocos que juegan en primera y baten records del mundo, y una inmensa mayoría que practica el deporte por puro placer sin mas aspiraciones que la satisfacción personal y pasárselo bien. Los alpinistas normalitos también tenemos derecho a subir montañas. Es como si solo dejasen correr maratones a los que bajasen de dos horas y media. Los demás no tienen derecho a correr. Por supuesto que a los fieras les darán el Piolet de Oro, a otros les darán un premio en su pueblo y a otros un abrazo los amigos.
No soy nada amigo de entrar en estas discusiones, y si no es por que me habéis pedido mi opinión, ni hubiera leído el artículo, pues creo que esta polémica la provocan los que viven o quieren vivir de la montaña. Los que tenemos un curro y esto de la montaña es nuestra pasión, no nuestra profesión, (la inmensa mayoría afortunadamente) estos asuntos, y perdonar la expresión, nos la traen floja, pues lo único que nos jugamos son las subvenciones que tenemos que ir mendigando para poder ir a las montañas que nos gustan y son tan caras.
Si esta prohibición prospera, seguramente baje algo el número de ascensiones que se realicen, pero lo que es seguro, es que se disparará el número de mentirosos.
Si todo el mundo contara las cosas sin mentiras y ateniéndose a la realidad, las actividades se valorarían en su justa medida y no tendríamos que andar poniendo normas y prohibiciones, algo que esta reñido frontalmente con la esencia del alpinismo, la libertad».
Tente Lagunilla
Foto de portada: Pelos Blancos / Col. Tente Lagunilla