Simon Gietl ha firmado una de las actividades del invierno en los Alpes. El alpinista surtirolés ha realizado la primera travesía invernal en solitario del perfil completo del macizo de Rosengarten, en los Dolomitas. “Nunca dejes de soñar grande”, anunciaba Simon Gietl en sus redes sociales. La travesía de este macizo, conocido también como Catinaccio en italiano, consiste en unos 17 km de distancia y más de 5.000 metros de desnivel, y le ha llevado tres días de trabajo.
En realidad, el sueño no era grande sino mayúsculo. No consta que nadie hubiera realizado jamás esta travesía, que traza una línea evidente conectando todas las cimas principales del Rosengarten, sobre la ciudad de Bolzano/Bozen.
Simon Gietl ha necesitado dos intentos. En el primero de ellos, llevado a cabo una semana antes en compañía de los locales Egon Resch y Daniel Haböck, tuvieron que abandonar después de que en el primer vivac, Egon Resch fuera alcanzado por un desprendimiento de rocas.
Motivado por volver
Simon Gietl no es de los que se sienten cómodos dejando un objetivo a medias. Días más tarde, regresó solo para un segundo pegue y esta vez no hubo nada que le impidiese completarlo. Llevó a cabo la travesía de sur a norte, a lo largo de una ruta lógica que no conocía Y es que, a pesar de haber escalado muchísimo en otros lugares de Dolomitas –especialmente en las Tre Cime di Lavaredo–, Simon Gietl no estaba familiarizado con estas cumbres.
El hecho de realizar la travesía en solitario le ha obligado a escalar cada largo dos veces: la primera autoasegurándose y la segunda para recuperar el material. Además, lo ha hecho en total autonomía, con una mochila de 20 kg y sin ningún depósito de material. Cuenta que la experiencia fue fenomenal y que no se topó con nadie en los tres días de recorrido.
La principal dificultad que se encontró fue la cantidad de nieve, que le obligó a un enorme esfuerzo para abrir huella.
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