Santi Padrós y Emanuele Andreozzi han abierto una nueva ruta en Dolomitas. Después de su aventurera Pazzione primavernale a la Cima Tosa, en la que también participó Matteo Faletti, esta vez se quedaron los dos solos para ir a la nueva fiesta de mixto alpino que esta vez celebraron en la Cima de Gasperi (2.994 m), en el macizo del Civetta.
La idea original era intentar repetir Argento vivo, una vía de 1.300 metros y dificultades de hasta WI6+, M8, A2, V+ que los guías Stefano Angelini, Alessandro Beber y Fabrizio Dellai abrieron durante tres días de mayo de 2013. De todos modos, Santi Padrós tenía varias opciones en mente, después de un par de reconocimientos que realizó durante las semanas precedentes.
Esta es la crónica en la que él mismo narra su apertura de Alchimia, una nueva ruta de unos 670 metros de recorrido, con dificultades que se elevan hasta AI5+, M6+, IV:
El sábado 29 de mayo nos subimos a dormir a la parte invernal del refugio Vazzoler, punto de apoyo veraniego para la travesía de la Alta Via n°1 y de las escaladas en la Torre Trieste, Torre Venezia y vecinas. Durante el último reconocimiento, me fijé en una línea que ataca directamente hacia una chimenea gigante en la vertical de la Cima de Gasperi. Llamó nuestra atención por su belleza y condiciones, puesto que Argento Vivo no parecía bien formada.
El domingo sonaba de nuevo un despertador impertinente a la 1:30 de la noche. Desayuno y aproximación hasta las 5 de la mañana cuando, con un amanecer excepcional, fabricamos una repisa en la nieve donde pasar las cuerdas para atarnos y empezar a escalar.
Hoy me toca a mí solucionar el jeroglífico. El terreno, muy vertical, está tapizado de nieve helada y verglaseada; vaya, un auténtico festival. Los primeros pasos siempre cuestan un poco. Luego, despacio, uno entra en trance y va fluyendo con el medio; los piolets buscan las secciones de nieve más dura pensando que aguanten lo suficiente, algún friend perezoso protege el pensamiento distraído de tantos cálculos metafísicos.
En un buen rato me planto en la primera reunión y veo claramente que para arriba no tiene mucha lógica seguir. Así, cuando Emanuele recupera el largo a unos diez metros de la reunión y con un buen circo con el material, mochila y demás, empieza una travesía muy expuesta para enderezar el itinerario.
A mí me toca rapelar unos diez metros hasta el inicio de la travesía –recuperar la misma de segundo da el mismo miedo que de primero– y luego gozar en el tercer largo, medio mixto medio de hielo alpino… son 50 metros de lujuria.
La vía luego pierde verticalidad, pero continúa por un sistema de goulottes y corredores de nieve que nos permiten progresar veloces.
Una inesperada travesía final (2 largos de 45 m) para salir de la pared nos ralentiza, mientras abrimos huella en nieve polvo a 65° y con más de 800 metros de patio bajo nuestros crampones.
Los últimos cuatro metros de M4 nos hacen sufrir de lo lindo; el sol primaveral ilumina nuestras caras después de 9 horas y media en la sombra. Ahora, llega el placer de descender tranquilamente andando sobre nieve hasta el refugio Vazzoler, donde encontramos a los guardas Doris Corazza e Alessio Chenet, que nos dan la enhorabuena y nos ofrecen de comer y beber, ¡que buena gente!
Agradezco el soporte de Trangoworld y de Aku, ellos confían en mí como yo confío en su equipo, ¡de verdad grazie mille!