El nivel de alerta fijado en todo el Pirineo, tras las intensas nevadas de toda la semana, es fuerte o muy fuerte, según zonas, y varias carreteras han sido cerradas por el peligro existente para los conductores y en otras se han habilitado desvíos para articular rutas seguras. Se aconseja extremar la precaución y consultar los partes previstos, hasta que la situación se normalice.
El riesgo de aludes afecta tanto al Pirineo aragonés, como al catalán y a la vertiente francesa, donde el pasado 27 de enero una avalancha, registrada en la comuna de Bagères (Altos Pirineos), se cobró la vida de un guardia civil rural (en Francia, CRS) e hirió a otro policía, en las inmediaciones del Midi de Bigorre.
En la vertiente catalana, la Generalitat ha alertado de la existencia de un nivel de riesgo 3 (en una escala con un máximo de 5), en casi todo el Pirineo, “excepto en las laderas occidentales del Prepirineo, donde el riesgo es moderado (nivel 2)”.
En la vertiente aragonesa, además de extremar las precauciones en las estaciones de esquí –todas informan del riesgo de aludes fuerte o muy fuerte fuera de las zonas balizadas- la alerta ha afectado a algunas carreteras, que se han cerrado por motivos de seguridad. Ese es el caso de la A-136, que comunica Sallent de Gállego con Francia por el puerto de Portalet, y la A-2606, entre Panticosa pueblo y el complejo Balneario.
Esta última vía permanece cerrada desde el pasado 26 de enero, dejando incomunicadas a unas 40 personas, casi una veintena clientes del Balneario. Su reapertura se efectuará cuando de desactive la alerta, ya que el peligro de circular para esta vía es evidente, tal y como lo manifiestan los desprendimientos que se registraron la tarde del 28 de enero.
En La Jacetania las afecciones se han localizado en la parte alta de la N-330 y en la vía de acceso a Rapitán, donde se produjo una avalancha el 27 de enero, que obligó a cerrar la calzada, hasta la mañana siguiente. En la carretera nacional, que comunica con las estaciones de esquí de Candanchú, Astún y Le Somport, y accede al antiguo paso fronterizo, la acumulación de nieve existente en las laderas obligó a los técnicos de Fomento a realizar diversas voladuras para reducir el manto nival, y el riesgo de avalanchas. Esto motivó el cierre de la vía y los vehículos debieron de emplear la ruta a través de Candanchú para llegar a Astún y a Somport.
Fuente: pirineodigital.com