Jordi Corominas acaba de regresar a Europa después de un mes en Huaraz (Andes de Perú) con Oriol Baró. Ambos se han dedicado a los nevados de la Cordillera Blanca y han sumado más experiencias en sus currículums montañeros. Al final, en su repetición al Pilar Norte del Chacraraju Este (6.001 m) han añadido una variante de cuatro largos.
Pero la aventura de los dos alpinistas catalanes no empezó por allí. A finales de mayo, ambos se reunieron en Huaraz para intentar abrir una línea que Oriol Baró tenía ya fijada en su retina en el Taulliraju (5.830 m). Se trata de un itinerario que asciende justo por el medio de la pared Suroeste de la montaña, para la que calculaba que iban a necesitar cuatro o cinco días en la pared, con petate y hamaca.
Sin embargo, los primeros días en el campo base provocaron a Oriol Baró una gripe con complicaciones debidas a la altura que lo mantuvieron varios días fuera de combate. Unos días que Jordi Corominas no desaprovechó, y que invirtió en una escapada fugaz para escalar la cara Este del Artesonraju (6.025 m). Baró realizó una visita al médico de Huaraz, donde cumplió con el preceptivo descanso, antes de volver a las montañas.
De nuevo a los pies del Taulliraju, los dos montañeros se metieron en la pared para intentar la nueva ruta anhelada. Necesitaron “dos vivacs en hamaca antes de alcanzar el hilo de hielo soñado, pero… el hielo es muy delgado y separado de la pared, ¡no es el año para esta vía!”, se lamenta Oriol Baró.
Sólo estuvieron un día en el campo base, antes de decidirse por otra vía que les llevara a la cumbre. Eligieron la más asequible de esta vertiente, conocida como la de los guías franceses o espolón Este. Baró explica que “en un ataque en el día, llegamos a unos 20 metros de la cumbre, donde nos encontramos inmersos en una formación de nieve inconsistente y hielo típica de esta parte de los Andes, donde no tenemos el coraje de pasar, a pesar de estar más de cuatro horas intentándolo”.
Al Chacraraju Este
El sabor agridulce del proyecto dejado a medias les acompañó en su regreso a Huaraz, donde “unos días de descanso y buenos alimentos en casa de Zarela, nos traen de nuevo la motivación”, comenta Oriol Baró. Con una sola semana por delante antes de que Jordi Corominas tuviera que volar hacia Chamonix para ejercer su profesión de guía, ambos no tardaron en autoconvencerse de emprender la sugerencia que les había hecho el arriero Emilio: subir al pilar Norte del Chacraraju Este (6.001 m), “que él había intentado una vez, y que era un lugar adonde no iba nunca nadie…”, según Baró.
No hizo falta más para que se lanzaran en seguida a una caminata extenuante de seis horas por fuertes pendientes de hierba muy alta e incómoda hasta el glaciar. Al día siguiente ya atacaban la pared: “Pendientes de nieve al principio, tiradas mixtas después e incluso dos largos con pies de gato”, en los primeros compases de la escalada, según Baró, antes de llegar a “las temibles cornisas o ‘merengues’ peruanos, donde pudimos plantar la tienda”.
Un viento insistente se empeñó en dificultarles la tarea el día de cumbre, aunque no fue suficiente para vencer la motivación y las ganas de montaña de dos alpinistas de clase superior como ellos. “Igualmente pudimos encontrar nuestro camino hacia la cumbre, no sin superar importantes dificultades, tanto en hielo como en roca y mixto”, completa su explicación Oriol Baró.
En resumen, la ruta escalada por Oriol Baró y Jordi Corominas al pilar Norte del Chacraraju Este (6.001 m) «a la que no va nunca nadie» tiene un recorrido total de 900 m y una dificultad aproximada de ED. Según sus averiguaciones, se trata de una combinación de la vía Eslovena en su primera parte y la Terray en la parte intermedia, con un tramo final original de Baró y Corominas.