Mike ‘Twid’ Turner cumplía este año su décima expedición a la cordillera Kichatna de Alaska. El británico es un gran conocedor de aquellas latitudes y de sus montañas. De hecho, tres años atrás, en 2012, abrió una ruta nueva llamada Hard arteries (1.000 m, A3, 5 escocés, V) al pilar noroeste del Middle Triple Peak (2.693 m) junto a su compañero de expedición Dave Gladwin y a los compañeros de campo base Stu Inchley, también británico y Kim, de Tasmania.
Además, la trayectoria del veterano guía le ha llevado a otros países en los que también ha dado muestra de su excelente capacidad aperturista. La zona de las Torres del Paine (Patagonia chilena) es uno de esos lugares, donde en 2008 abrió The devils ride out (700 m, A4) a un pilar en el Badar Valley, con Geoff Hibbert y Bob Brewer; y en 2013 estrenó la cara sureste de la Torre Sur del Paine a través de Wall of Paine (sin cumbre) con Jerry Gore, Calum Muskett y Raphael Jochaud. La isla de Baffin es otro, como deja patente la vía Arctic monkeys (VI, A4, V+, 1.400 m), con Stu McAleese y Mark Thomas.
Esta vez, Turner viajaba a Alaska con Tim Blakemore como compañero, con numerosos objetivos en una lista que se vería drásticamente modificada por las caprichosas condiciones meteorológicas alaskanas. Y lo de caprichosas es un eufemismo, para maquillar el adjetivo deleznables, con intensas nevadas, viento y frío al por mayor.
Así las cosas, se vieron obligados a aprovechar el más mínimo resquicio de ventana de buen tiempo para hacer lo que pudiesen. Y lo que pudieron fue una línea en el North Triple Peak (2.560 m) que descubrieron durante uno de sus reconocimientos de las montañas de los alrededores.
18 largos y un largo clave de hielo expuesto
Mark ‘Twid’ Turner y Tim Blakemore iniciaron su vía siguiendo los pasos de la ruta original del couloir noroeste. Después de seis largos sin muchas complicaciones, se desviaron a la izquierda, por una lengua de hielo que ofreció un terreno de calidad excelente e inclinación sostenida.
Al menos hasta que llegaron al largo clave, con 70 metros repartidos en dos secciones de hielo vertical. La primera de ellas fue cotada como AI5 por los aperturistas, que consiguieron encontrar buenos emplazamientos para los seguros. El segundo tramo, graduado como AI6, fue por una zona de hielo de mala calidad y peor protección.
Superadas las máximas dificultades técnicas del itinerario, se enfrentaron a un couloir que los condujo hasta la cornisa somital. Allí, les costó encontrar la forma de subirla. Inicialmente, Blakemore excavó un túnel de 15 metros que acabó sin salida. Finalmente, ambos lograron salir del embrollo y plantarse en la cima tras recorrer los últimos metros sobre nieve azúcar.
A continuación, realizaron el descenso mediante rápeles, sin mayores contratiempos, y en unas 24 horas desde su salida daban por terminada la ascensión. El resultado es una línea de 800 metros que lleva directamente hasta la cumbre, a través de 18 largos que mayoritariamente transitan sobre un hielo fantástico. Bautizaron su creación con el nombre de No country for old men (ED, AI6).