El Pilier Rouge du Brouillard es uno de esos rincones del macizo del Mont Blanc que están reservados para los alpinistas de raza y que forman parte de la historia del alpinismo. Su capítulo más remarcable fue escrito por Walter Bonatti junto con Andrea Oggioni en 1959, cuando realizaron la primera ascensión de este relieve de granito perfecto de la arista del Brouillard. Apellidos como los de Bonington, Gervasutti, Ratti, Boivin, Gabarrou, Marsigny, Piola o Casarotto también están relacionadas con él de una u otra forma.

El pilar, cuya cúspide se eleva hasta unos 4.100 metros sobre el nivel del mar, cuenta con varias rutas y ha sido el destino veraniego post confinamiento elegido por Matteo della Bordella, el presidente de los Ragni di Lecco, junto con los también italianos François Cazzanelli y Francesco Ratti, ambos guías del Cervino. Durante un par de semanas de estancia, se dedicaron primero a escalar alguna de las vías del lugar, para posteriormente abrir su propio itinerario y completar la aventura con la primera escalada en libre de la línea.
Apertura Incroyable
El terceto italiano abrió su nueva ruta en dos días, el 30 de junio y el 1 de julio. Consta de ocho largos para 290 metros de recorrido vertical, con un grado máximo de 8a y una dificultad obligada de 7b. Partieron del refugio Monzino hasta la base de la pared el mismo 30 de junio. Fueron alternándose como primero de cordada durante toda la ascensión y vivaquearon en el mismo pilar, para completar la ruta al día siguiente.
Matteo della Bordella compartía sus sensaciones en sus redes sociales:
Abrir una ruta nueva en el Pilier Rouge du Brouillard, un pilar tan icónico y lleno de historia, hecho de un perfecto granito rojo y situado en uno de los lugares más dramáticos del macizo fue todo un sueño. Ha supuesto una gran satisfacción el convertir este sueño en realidad, siguiendo el estilo que más me gusta y con dos compañeros fuertes y motivados.
Todo ha sido tan increíble que también he aprendido una palabra en francés, Incroyable… La he tenido en mi mente y la he dicho en voz alta tantas veces que se convirtió en el nombre de nuestra nueva ruta.
Liberación al límite
Ya entonces tenían claro que el deseo era liberarla. Para ello, buscaron refuerzos e incorporaron a Isaïe Maquignaz, otro guía de Cervino. Della Bordella y Maquignaz se encargaron de liberar el largo más duro del recorrido, el L5, para el que sugieren un grado de 8a. Cazzanelli y Ratti, por su parte, se repartieron la liberación del resto de largos.
Ahora que la ruta está lista para ser repetida, deseo que quien la intente viva una gran experiencia como la nuestra: trabajo en equipo, diversión y una escalada roca de calidad increíblemente alta, localizada en uno de los rincones más fascinantes del macizo del Mont Blanc.
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