Un titular con los nombres de Marcin ‘Yeti’ Tomaszewski y Marek ‘Regan’ Raganowicz sólo puede anticipar una actividad de altos vuelos en big wall. Sin duda habrá compromiso, tesón y aventura a raudales. Son los rasgos característicos de las aperturas de esta cordada polaca que aproximadamente una vez al año regala una nueva y futurista línea a la comunidad escaladora.

Se dieron a conocer en 2012 con los 37 largos de hasta M7+ de Superbalance, que ascendía los 1.350 metros de la cara norte de la Polar Sun Spire, en la isla de Baffin. Fueron 24 días de trabajo durante la primavera ártica, con temperaturas habitualmente situadas en los -20ºC.
En 2013, viajaron hasta el corazón de Pakistán para centrarse en la Gran Torre del Trango y abrir allí Bushido, una línea mostruosa de casi 2.000 metros y 46 largos, con dificultades cotadas en A4, VII+, VII big wall. Otra vez habían invertido 20 días en la pared, culminados por el descenso más complicado y arriesgado de su carrera. Esta línea rechazó el pasado verano el intento de repetición de la cordada formada por Álex Txikon, Ekaitz Maiz y David Palmada ‘Pelut’.
El Troll Wall, en Noruega
Para este invierno, habían elegido otro destino mítico, esta vez tocaba en Europa, después de haberlo hecho en América y Asia. Una espeluznante gran pared en la que, de nuevo, el frío estaría asegurado. El Troll Wall, como se conoce la cara norte del Trollveggen, es probablemente el big wall más famoso de Noruega. Unas cuantas vías recorren su amenazante fisonomía, que aguarda a quienes se atrevan a desafiarlo. En invierno, su dificultad objetiva se aliña con el consecuente frío ártico de días escuetos y noches inacabables.
Marcin Tomaszewski y Marek Raganowicz terminaron el 9 de febrero una escalada de 19 días en dicha pared, durante los que consiguieron escalar sus 1.100 metros de altura a través de una nueva línea bautizada como Catharsis. Durante la ascensión, la cordada tuvo que soportar el mal tiempo arrastrado por el huracán Ola y frecuentes avalanchas, mientras se enfrentaban a un muro helado. Los dos alpinistas pasaron las noches en una hamaca colgada de la pared.
Las dificultades técnicas estimadas alcanzan una graduación de M7 y A4, que «junto con la seriedad y especificidad del Troll Wall hacen que sea una vía de big wall de clase mundial en estilo alpino». De hecho, Yeti y Regan se lanzaron a por la pared directamente, sin explorar nada del recorrido previamente, algo que no se había hecho jamás en el Trollveggen en invierno.